Instrumentalización del IBEX35

Los grandes empresarios se pliegan a la propaganda del Presidente Sánchez, hasta que los castigue.

La propaganda utiliza la ignorancia del receptor del mensaje. Solo en países con alta densidad de ignorantes, o en dictaduras con la población atrapada por el miedo, los políticos totalitarios sobreviven. Una persona bien formada e informada, está blindada a la propaganda, pero para los españoles, desde hace décadas, es más difícil serlo porque la educación empeora, y se lee poco. Un mensaje falso, muy repetido televisivamente, parece verdadero para personas con poco sentido crítico. Pensar fatiga, por eso la gente prefiere entretenerse con las pantallas, y por eso también, los humanos imitamos a nuestros semejantes, para no tener que pensar. Demasiados españoles prefieren que les engañen con dulces mentiras, a conocer la verdad.

La propaganda encierra voluntad totalitaria, buscando la sumisión incondicional del receptor del mensaje, a la causa del emisor. El escenario juegan un papel psicológicamente importante. El engaño del mensaje propagandístico puede ser contar mentiras sobre lo que se va a hacer, o bien ocultar las auténticas intenciones. Este gobierno, y el anterior de Zapatero, viven de la propaganda, previo deterioro de la educación pública, la subvención a la cultura progre, y la financiación de ciertos medios de comunicación.

En los mítines del vicepresidente Iglesias de las últimas elecciones generales, los dirigentes del IBEX35, a los que envidia por lo que cobran, eran el objetivo de sus triviales mensajes, y ahora los usan como aplaudidores, en la última conferencia “Españas Puede”, de Sánchez, en la Casa de América, para hacer creer a la oposición que sus ideas están apoyadas por el IBEX35. El discurso de Sánchez repleto de vaguedades y lugares comunes (digitalización, cambio climático, feminismo) y contradicciones, apelando a la igualdad territorial cuando a catalanes y vascos les da hasta el sueño de la escisión del país. El acto busca debilitar y reblandecer todavía más al Sr. Casado, argumentando: vean, hasta los dirigentes del IBEX35, el poder económico, se unen a mi causa, y vosotros no.

¿Por qué los directivos del IBEX35 se dejan utilizar por la propaganda del gobierno?
No es porque sean ignorantes, ni porque los inversores la aprueben, mas bien ejercen de “fariseo” buscando contratos y subvenciones, sacar tajada de los fondos europeos que llegaran a los mas entusiastas, gracias a los favores propagandísticos que le hacen al presidente. Téngase en cuenta que los ministros son mayoritariamente políticos, no técnicos, se eligieron para derribar el régimen del 78, y son incapaces por si mismos, de implementar solicitudes adecuadas para que la UE transfiera las ayudas. Los grandes bancos y Telefónica son expertos en digitalización, y le harán el trabajo al gobierno, haciéndole pagar los servicios prestados. Lo mismo Iberdrola, Endesa, en el tema ecológico. Sin embargo, las pymes y la España vacía, que son las que realmente necesitan la digitalización, no aparecen en estos actos. ¿Les llegarán las ayudas, o se las quedarán en su enorme mayoría las grandes empresas?. Veremos, pero témanse lo peor, porque aunque los equipos de las grandes empresas están cualificados, los ministros buscarán atajos para beneficiarse a sí mismos con las puertas giratorias.

Las empresas devolverán los favores que esperan recibir. Estos dirigentes políticos y empresariales tenemos. Sin embargo, los ciudadanos pagamos luz, gas, servicios bancarios, internet y telefonía, en comparación con los salarios españoles, entre los más caros de Europa. Por estos costes, las empresas de alto consumo energético se van de España y muchos ciudadanos viven precariamente, ahorrando consumo de servicios caros.
Este gobierno busca aprobar los presupuestos, no el bien del país. Los dirigentes empresariales se pliegan al interés de aquél y hacen negocios. Es posible que Sánchez tenga razón, cuando dice que la culpa de los rebrotes, es de los ciudadanos que se han relajado; pero la relajación fue votarlos a ellos. Si al igual que ocurre con las campañas de tráfico, se mostraran los impactantes efectos de la pandemia, los féretros e imágenes reales en hospitales, en lugar de ocultar la mitad de las victimas, probablemente se relajarían menos, después de padecer 100 días de alarma. Cerrar negocios es la manera bruta de resolver los problemas destruyendo la economía, después de que la propaganda feminista disparara la pandemia.

Artículo publicado en Las Provincias

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