Sociopolítica del botellón

Los jóvenes sin resortes morales, expectativas profesionales, desmoralizados seentregan al botellón para evadirse

En el mejor poema de Jaime Gil de Biedma, ‘No volveré a ser joven’, dice: (…) «Que la vida iba en serio uno lo empieza a descubrir más tarde» (…) «Envejecer, morir, era el único argumento de la obra». La consciencia de la muerte llena de trascendencia nuestra trágica vida, por su final. Necesitamos fuerza espiritual para acarrear con la vida. No se puede vivir dignamente contra nuestra naturaleza. El camino sin piedras no fortalece al caminante. La experiencia de fracasos controlados se entrena con el esfuerzo educativo, la práctica deportiva o la pesca. Los valores de la persona son un resorte y guía importante para su conducta; el fácil acceso al alcohol, drogas, pornografía, 24 horas al día, la ausencia de valores morales induce a la evasión, hedonismo, adicciones y al ocio desordenado, capaces de destruir a cualquiera, cuando la adversidad llega. Los referentes de autoridad de la familia se resquebrajan por la abundancia de divorcios/separaciones. Los jóvenes españoles padecen una inmensa fragilidad espiritual, las depresiones y suicidios de jóvenes aumentan alarmantemente (aunque se oculten). La educación y la familia deben fortalecer moralmente a los jóvenes, y los gobiernos posibilitarles un futuro. Florecen gimnasios, tratamientos anti- edad, para perder peso o recuperar cabello, muchos quieren parecer más jóvenes. La responsabilidad de eliminar las tradiciones de la educación tiene dimensión de crimen moral. La educación pública española siempre está en manos socialistas aunque no gobiernen, por claudicación del PP. Desde Zapatero, se eliminan progresivamente los valores espirituales y morales cooperativos en la educación pública, vetando las tradiciones: judaísmo, cristianismo… La persecución a la enseñanza privada concertada es insaciable. El esfuerzo educativo proporciona autoestima, seguridad, confianza, capacidad crítica, enseñanza para vivir. La clase media española desaparece, la pobreza aumenta, las colas del hambre están a la vista, el 14% de los que tienen trabajo son pobres. La política económica basada en la importación de casi todo y producción de casi nada, genera paro estructural, del 40% entre los jóvenes. Sin soporte moral, adiestramiento del fracaso, sin posibilidades de ganarse la vida, sin vocación despertada por la educación, los jóvenes han sido estafados con la promesa de un futuro que no existe. Muchos de los 1,15 millones de estudiantes de universidades públicas ‘subvencionadas al 80%’ con nuestros impuestos, no encontrarán empleo o los sueldos no les permiten independizarse por exceso de titulados. Faltan centros de FP de calidad, fomentando los oficios, la industria manufacturera; sobran abogados, arquitectos, historiadores,… faltan médicos, albañiles, camioneros, fontaneros, carpinteros… La fuerza laboral española se parece a un ejército repleto de oficiales, escasa tropa y armamento anticuado. Los principios educativos socialistas propagan la ideología de género, anti-patriotismo, eliminación del esfuerzo, sentido crítico y tradiciones. El botellón es la manera de expresar los jóvenes mediterráneos la carencia de valores morales, de esperanza y expectativas razonables para ganarse la vida. Los jóvenes ‘ninis’, uno de cada cinco jóvenes entre 18 y 24 años, son practicantes del botellón, añadan alumnos de todo tipo mayores de 16 años, desmoralizados y sin vocación. Los responsables intelectuales del botellón son los gobernantes socialistas/separatistas que han arruinado al país material y moralmente; sus votantes son cómplices necesarios. La disminución de la clase media aumenta el botellón porque la carencia de recursos no posibilita el ocio civilizado de los jóvenes. Sin actuar sobre las causas no se pueden cambiar los efectos; cada voto socialista/separatista contribuye al botellón cuyas víctimas son los mismos jóvenes que lo practican. En los botellones se camuflan todo tipo de delincuentes. Los gobiernos socialistas/separatistas llevan tiempo vaciando de autoridad a los cuerpos de seguridad, para que sean ‘proporcionales’. España es el paraíso de la delincuencia internacional, receptora de creciente inmigración ilegal, que aumenta la economía sumergida, bajan salarios, aumenta la delincuencia, ocupación ilegal de viviendas, agresiones a los indefensos cuerpos de seguridad. El socialismo totalitario nos hurta: ley, orden, unidad territorial, ética, seguridad jurídica, tradiciones, familia, propiedad privada, libertad, igualdad legal hombre/mujer, y nos inunda de asesores, empleados públicos superfluos, liberados sindicales, impuestos, deuda, prohibiciones, multas, desempleo y precariedad. El botellón es la punta del iceberg de una juventud desmoralizada, sin futuro, estafados y expulsados de la clase media.

Artículo publicado en Las Provincias

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