Los españoles no hacen pagar electoralmente a los malos gestores, y por eso empeoran
Los españoles no exigimos rendición de cuentas a los gobernantes y por eso no las rinden. ¿Cómo se exigen? No votando la mala gestión. Así tenemos muchos esclavos atados por doble cadena, impuesta y voluntaria. La impuesta es la ley electoral y de partidos que convierte nuestro país en una oligarquía de caudillos, los jefes de partidos políticos, que no son “libremente” elegidos por el cuerpo electoral, sino los afiliados a los partidos, menos del el 5% de la población. La segunda esclavitud es voluntaria, emana de la falta de racionalidad crítica del votante y de la que se aprovechan los partidos hegemónicos, PSOE y PP. El menú electoral era corto: PSOE, PP, y separatistas, pero los españoles, en su mayoría no penalizan al mal gestor, no dejan de votar a “su” partido aunque gestione mal, hay mínimo transvase de votos, como si los Gobiernos mas que administradores públicos fuesen sacerdotes de una religión. Si siguen siendo votados, ¿por qué van a cambiar de actitud, rendir cuentas, cambiar las leyes electorales y de partidos que nos tienen prisioneros? Si en su comunidad de vecinos, el administrador es ineficiente, torpe, si los gastos no paran de crecer y la comunidad está endeudada, usted se movilizará para cambiarlo. ¿Y por qué no se hace para cambiar a un mal Gobierno? Es absurdo e irracional, es nuestra culpa que los Gobiernos no cambien de actitud. Votando a quien votábamos antes, nadie rendirá cuentas nunca. Es estúpido votar a quien votaba nuestro padre, no eres mejor hijo sino antipatriota, la realidad cambia, y los partidos también. El PSOE actual no tiene nada que ver con el de hace 20 años, y muchos continúan votándole sabiéndolo. Al PP lo mismo. El voto es un acto moral porque afecta a todos, el voto “útil” es inmoral, nunca se debe votar al mal gestor, se aprovechan oportunistas para continuar en el poder. Cambiar de opinión electoral es signo de inteligencia, la fidelidad electoral es torpeza. Nuestra irracionalidad al votar nos convierte en una excepcionalidad europea donde el votante si cambia de bloque. Desde que llegó Zapatero, en solo 17 años la deuda pública se ha triplicado, nuestras cifras de paro escandalizan, pensiones insostenibles, el gasto corriente no para de crecer con el crecimiento del sector público. La clase media desaparece, la actividad privada disminuye y el Estado aumenta, para satisfacer los apoyos separatistas priorizando las inversiones en sus territorios, y para contentar sindicatos (que protestan si sube la luz con gobierno PP pero no, si lo hace 10 veces más con el PSOE), derroche de subvenciones clientelares. Los impuestos suben, los costes energéticos se disparan, como son muy “progresistas” cierran las centrales nucleares comprando la energía a la vecina Francia que tiene 59 centrales nucleares. Carecemos de plan energético, la inflación se dispara, la productividad empresarial empeora, algunas cerrarán, más paro. ¿Que hace este Gobierno? Durar lo que pueda aumentando la deuda, y en el peor de los casos, si pierde las elecciones, como la situación económica es tan desastrosa, el gobierno siguiente no podrá remontar y volverá a perder pronto, ellos volverán al poder. Los medios de comunicación, la educación y la propaganda están en manos del PSOE y los separatistas en sus zonas, como Rajoy se despreocupó de los valores y acomplejado por si lo llamaban franquista, dejaba las cosas como las destrozó Zapatero, no recortó drásticamente el gasto, los impuestos seguían subiendo, descendiendo hacia el abismo material y moral. La deuda es impagable, grave degradación educativa y moral, falta de independencia de los poderes, grave problema de inmigración ilegal, insostenible tensión separatista, leyes totalitarias aprobadas inconstitucionalmente según el TC, un ejército de juguete, irrelevancia internacional, sin seguridad jurídica y ocupación de viviendas. Estamos arruinados porque muchos esclavos voluntarios votan lo mismo hagan lo que hagan los gobernantes. No castigar con el voto al mal gestor favorece al tirano. ¿Quién es mal gestor? Quien miente; derrocha y nos endeuda; empeora nuestras condiciones de vida; sube los impuestos; resta libertad; nos hace vivir peor, menos felices; hace aumentar el paro, discrimina a quién no le vota, roba; enfrenta su país, lo rompe.
Artículo publicado en Las Provincias