Sin respetar la propiedad privada no habrá vivienda para todos  

La vivienda no es un derecho, es una posibilidad que hay que trabajar.

A uno le gustaría pertenecer a un país diferente por alguna singularidad positiva, pero encuentro dos motivos por los que somos negativamente diferentes los españoles. La primera es que no sentimos ningún orgullo de ser español, casi sentimos vergüenza de mostrar nuestra bandera. La segunda característica que uno observa cuando visita países avanzados, Suiza, Canadá, países escandinavos, es que los políticos en esos países avanzados no mienten flagrantemente, se dedican a servir a sus con-ciudadanos, a servirlos, mientras que en España los políticos se sirven del Estado para continuar en el poder, e intentar perpetuarse mediante el engaño, y otros incluso robando. 

Un 22% del PIB español es sistemáticamente opaco, en parte por tanta subvención pública que no es controlada fiscalmente: 100.000 millones anuales de dinero público, las gastan cientos de fundaciones, ONG, donde los ojos de Hacienda no vigilan por ser afines al Gobierno. No solo estas singularidades españolas favorecen la corrupción sino que altos cargos de la Judicatura, supuestamente independientes, no lo son, y la democracia está quebrada. Cuando por mínimas infracciones en la UE se dimite, aquí los corruptos ni se inmutan.  Y no solo eso, a los responsables los siguen votando millones de españoles.

 Si se fijan, ambas características son anti-patrióticas, auto-destructivas, y coinciden en parte con tendencias recientes en la UE que practican el anti-europeísmo  desde las propias instituciones. Parece como si las élites estuviesen sobornadas . En las universidades españolas se practica  un anti-patriotismo socialista velado con contenidos estatistas en las comunidades no separatistas, y descarado en las separatistas, sobretodo, catalana, vasca, y navarra, por los gobiernos autonómicos y por instituciones  ideologizadas a través del vehículo lingüístico.

Los recientes premios Nobel de economía 2024, D. Acemoglu, y  J. Robinson, autores  de “Por qué fracasan los países”, explican que es principal razón del fracaso de los países las políticas fiscales extractivas, amigas de poner más y más impuestos. Los gobiernos comunistas modernos identifican mejorar con gastar más, y el único dinero que existe es el privado. Lo que llaman dinero público es el que por la fuerza nos extraen con los impuestos. Por eso, los Gobiernos Sánchez no paran de subir impuestos. Cualquier coartada es buena. 

Ahora se dice tramposamente, que nuestro PIB crece más que nuestros vecinos, no porque la economía española vaya mejor que las de ellos, en absoluto, cada vez tenemos más pobres que no llegan a final de mes, pero nos engañan sin freno. Desenmascaremos las falacias del Gobierno Sánchez. El PIB nacional se compone de Consumo + Inversión + Gasto, donde las exportaciones, pueden considerarse consumo externo, igual que el de los turistas que nos visitan. El turismo creciente y las exportaciones se han mantenido con dificultad. El consumo interno y el poder adquisitivo de los españoles han bajado, porque las tarifas del IRPF no se han deflactado y ha subido el coste la vida un 25% en dos años, mucho más que los salarios. Es decir, el Estado ha ingresado más impuestos pero los españoles vivimos peor. El consumo nacional  conjunto se ha mantenido, el consumo interno ha bajado y las exportaciones y el turismo lo han compensado, pero en total no ha crecido. La inversión también ha decrecido, la interna y externa, ésta última porque ni hay seguridad jurídica, ni se respeta la propiedad privada, y las empresas con beneficios son saqueadas con impuestos especiales inventados ad hoc. El PIB ha crecido  por el aumento brutal del gasto público, que difiere más deuda, y supone 110 millones de euros diarios, sólo de intereses, en los próximos presupuestos. 

Los Gobiernos Sánchez no piensan a largo más que en la ingeniería social, todo lo demás es a corto, para mantenerse en el poder, saquear, malversar, repartir paguitas de transporte, alquiler, y dejar robar a afines hasta que se descubren, entonces se expulsan del partido, aunque haya sido ministro o secretario general del PSOE, nadie dimite y presumen de ejemplares, y pretenden salvar la democracia de los bulos. En la UE dimiten, pero aquí todos siguen en su cargo, y los votan. España es diferente, por la cantidad de tontos.

Pero no es solo eso, es que los principales problemas de los españoles, el desempleo, la inmigración irregular y la vivienda ha sido provocados por “el progresismo”. El desempleo es sistémicamente el más elevado de la UE porque hay un exceso de actividad pública (carga) y el sector privado mengua, sin interrupción desde hace dos décadas, porque la presión fiscal aplasta a los autónomos y pymes, los que tiran del carro, que cada vez son menos y los subidos al carro, los empleados públicos y pensionistas cada vez son más, y con más ingresos que los que empujan el carro.

La agenda comunista de eliminación de la familia natural, el fomento de las ideologías de género, aumenta el aborto (100.000 anuales), las separaciones y divorcios (80.000 anuales) disminuye la natalidad, aumentan las mascotas en las casas e inmigrantes irregulares sueltos en las calles, ambos sustituyen a los niños. 500.000 inmigrantes, entre regulares que vienen a trabajar y los irregulares que no se sabe ni quien son, y un 70% viven de la subvención. El 30% restante viven hacinados y explotados en un limbo borroso, que solo se aclara con las regularizaciones masivas periódicas. 

La inseguridad jurídica, la violación de la propiedad privada, hace que 3,8 millones de viviendas vacías no se oferten en alquiler, pertenecientes a españoles que ahorraron para tener una manera de añadir ingresos por si la pensión del Estado no alcanza. Añadan 5,4 millones de viviendas de abuelos y abuelas viudos generalmente que viven solos. Tenemos 9,2 millones de viviendas vacías u ocupadas por una persona. Por esto faltan viviendas.

Añadan las segundas residencias ocupadas de españoles que se usan menos de tres meses al año, típicamente de veraneo. Donde antes ocupaban una vivienda entre 3 y 5 personas, hoy la ocupan 1 o 2, eso requiere el doble del número de viviendas. Los 400.000 españoles que emigran anualmente no liberan viviendas, porque vivían con sus padres, pero los 500.000 inmigrantes si necesitan viviendas.

Por si fuera poco problema de vivienda, añadan en las grandes ciudades cientos de miles de estudiantes que ocupan pisos compartidos . En España los jóvenes no buscan empleos manuales, los desprecian, todos quieren trabajo señorito de empleado público, y claro hay que ir a la universidad primero, para emigrar después. Todo converge a necesidad de muchas más viviendas, que ni se crean, ni se ofertan en el mercado por políticas progres de sustitución de la familia natural, de estimulo y subvención a 1,3 millones de universitarios públicos, inseguridad jurídica de la propiedad privada, y si además no se oferta suelo público y no se estimula fiscalmente la creación de nueva vivienda.  La oferta disminuye y la demanda aumenta, con lo  que los precios suben. Las paguitas del Gobierno o no sirven en grandes ciudades, o se la llevan los propietarios que alquilan, en negro, porque las ayudas requieren que el precio del alquiler sean de 600€ mensuales como máximo, muy inferiores al coste medio en grandes ciudades. El precio oficial será 600€, pero en negro se pagará la diferencia, los cheques van al propietario en negro.

Además de esta responsabilidad causal progresista en la escasez de vivienda, hay otros factores que no son solo de responsabilidad progresista, pero que no saben resolver cuando gobiernan, como es el uso de las viviendas destinadas al alquiler turístico temporal, que sustituyen al uso de los hoteles tradicionales. No creo que se pueda hacer más que los propietarios se den de alta como trabajadores autónomos, y que los rendimientos de los alquileres turísticos sean transparentes fiscalmente y computen como rendimiento del trabajo. 

Lo que ha crecido en España es el gasto público y los impuestos. De hecho, en lugar de reducir el número de empleados públicos, amortizando jubilaciones, ha aumentado de una tacada 40.000 empleos públicos nuevos. De ahí procede el aumento del PIB. Es decir, el PIB es como el colesterol, hay colesterol bueno, si aumenta el consumo y la inversión, y hay colesterol malo, que es el gasto público. Como es un gobierno de mentirosos, nos dicen: la economía va como un tiro porque crecemos en PIB más que los vecinos. A continuación dicen, los vecinos de la UE recaudan cuatro puntos mas del PIB que nosotros de impuestos, luego podemos recaudar cuatro puntos más de impuestos, y concluyen que nos van a imponer 60.000 millones más de impuestos.Universidades públicas y ayuntamientos de grandes ciudades podrían cooperar, habilitando viviendas a casi un millón de estudiantes universitarios que ocupan viviendas en las grandes ciudades. Miles de abuelos que viven solos desearían cooperar prestando habitabilidad a estudiantes buscadores de vivienda en grandes ciudades, por un precio muy reducido, ayudando económicamente a los ancianos que quieran, y aliviarían su soledad. Los rectores, en lugar de proporcionar “casas del alumno” para que les voten, podrían convertirlas en soluciones habitacionales para estudiantes dentro de la universidad, también a precio reducido, aunque no sean muchas. En las economías de libre mercado, las personas con su trabajo tienen ingresos y poder adquisitivo suficiente para acceder a la vivienda. Es típico de las sociedades comunistas, y pasa en España, que los funcionarios tengan ingresos medios bastante superiores a los privados. Esto conlleva contradicciones habitacionales.

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