Este PSOE acabará siendo minoritario porque abandonó la socialdemocracia
Cuando el Gobierno no permite que los ciudadanos puedan ganarse la vida; las ambiciones de poder prevalecen al interés nacional; se enfrenta a los ciudadanos artificialmente; la libertad y propiedad no se respetan, ni la vida; entonces la situación resulta insostenible, y llega el inevitable enfrentamiento como en 1936. Hubo que reconstruir el país destrozado por la guerra, se produjo una importante emigración interna. Entre los mejores españoles, cientos de miles emigraron en los años cincuenta y sesenta, de sur a norte, de oeste a este. La esforzada generación de la posguerra pasó las imaginables carencias, españoles dispuestos a trabajar duro que saben lo que cuesta ganarse la vida. Sus hijos nos hemos esforzado, teníamos que ser “notables” para conseguir becas, amamos nuestro país, porque el apego sucede al esfuerzo, entendemos que esforzándose se sale adelante, que las oportunidades de prosperidad no son iguales en todas partes. Los hijos de la generación de la posguerra, la generación BB, ahora próximos a la jubilación, constituimos más del 33% del censo electoral, nuestro voto decide gobiernos. Muchos tienen un pensamiento de “izquierdas”, en el sentido de compartir servicios públicos, e igualdad territorial. Pero no puede existir igualdad individual sin igualdad territorial, es contradictorio ser socialista honesto y gobernar con separatistas. Millones de españoles que procedemos de emigrantes votó una izquierda moderada, socialdemócrata, y por eso el PSOE de F. González gobernó del 1982 al 1996. El PSOE orwelliano de Zapatero y Sánchez, para conseguir el poder utiliza la propaganda, la mentira, oculta su identidad, manipula la educación, se apropia de los medios de comunicación, enfrenta y divide a la ciudadanía, se alía con separatistas aumentando la desigualdad territorial, no representa a la izquierda patriótica, ni a la democrática. Hace dos décadas abandonó a escondidas la socialdemocracia, ocultando su identidad actual que nada tiene que ver con el PSOE socialdemócrata de González. Oculta su identidad para que los confundidos que votaban a González sigan votándoles. Confrontación, división y ninguna ilusión en sus mensajes vacíos de argumentos contra los que llama “extrema derecha” por defender la unidad nacional y la libertad. Este PSOE con su voluntad totalitaria, cree que el país es su cortijo. Ninguna persona instruida partidaria de la igualdad territorial debería votarles . La mayoría de los españoles valora la igualdad territorial (la renta per cápita actual de las tres comunidades mas ricas es el 80% superior a las tres mas pobres), de servicios públicos accesibles a todos, la libertad y una lengua oficial común. El PSOE actual es una organización de colocación, sin cuadros, militantes sin experiencia profesional, sin mensaje ilusionante ni moral, se alían con cualquiera para acceder al poder y vivir de él, saqueando el Estado con impuestos confiscatorios. Los nietos de la generación de la posguerra, se encuentran hoy con estudios y sin trabajo, o con empleos mal pagados, que no alcanzan para independizarse ni para ganarse la vida, en un Estado con un sector público desmedido y una economía intervenida donde el 52% del PIB es público. Al tiempo, el tejido manufacturero está desmantelado, escasean profesionales de todo tipo. Se importa todo de Asia generando paro aquí. Llevamos una década con natalidad española negativa, sin ayuda a las familias. La España vaciada abandonada y deprimida mientras el separatismo socialista se extiende por el 24% del territorio nacional (Comunidad Valenciana, Baleares, Galicia). No se respeta la ley, la división de poderes, la libertad, se ocupan casas impunemente y se cambia la historia.
El PSOE actual, sostenido por medios que adulteran la realidad, representa solo a radicales antipatriotas, engaña a todos. Los partidos políticos innecesarios y sin aglutinante moral suelen desaparecer en democracia. Hace falta una izquierda nueva diferente, ilustrada, democrática, patriótica, con límites claros ante separatistas, que no enfrente a los ciudadanos. Si aparece, sustituirá a este PSOE que no representa a muchos que todavía le votan, engañados porque los arboles de sus mentiras y la propaganda no les dejan ver el bosque de su totalitarismo. La ruina de España depende de votos que recibe el PSOE de votantes que creen que votan a un partido que ya no existe.
Artículo publicado en Las Provincias