La moderación puede ganar elecciones pero no salvar una España agonizante.
Votar en España significa elegir entre unas listas confeccionadas por los jefes de partidos políticos, elegidos sin filtros de cualificación ética y técnica, por unas decenas de miles de personas ideologizadas, en organizaciones que funcionan totalitariamente. Vivimos época de ideología cuantitativa, donde dirigentes políticos piensan más en su supervivencia en el poder que en servir al país. Donald T. Campbell postuló que la evaluación cuantitativa de organizaciones produce resultados contrarios a los buscados; nuestra “democracia” es un ejemplo. Los alumnos confunden aprender con aprobar; se identifica buen gobernante con ganador de elecciones; la calidad de una organización por la posición en rankings dudosos,… Las consecuencias son tremendas: se eligen mal empleados públicos; los jóvenes se maleducan; se eligen malos gobiernos. Las capacidades humanas no son evaluables con cantidades, porque éstas no captan cualidades intangibles, y las pasiones humanas corrompen las reglas para sacar ventaja. Las mentiras en campaña son habituales atajos para engañar al votante desprevenido; después, dependiendo del soporte ético, los electos pueden alterar las leyes, e incluso dar auto golpes de Estado. Vivimos ejemplos cercanos. Buen gobernante no es quién gana elecciones con mayorías absolutas, lo es, quién mejora de la vida de los ciudadanos, sin endeudarlos. Aplastados por la deuda, hace dos décadas que la renta per cápita (RPC) española está estancada; la RPC gallega es levemente inferior a la española; la deuda gallega ha crecido levemente menos que la española. ¿De qué presume Feijóo, de gobernar o de ganar?. La moderación puede ganar elecciones, pero no salva una España agonizante. Rajoy con mayoría absoluta, ni redujo impuestos ni deuda, ni anuló leyes totalitarias. Hoy, se incumple la ley en Cataluña; no hay igualdad legal varón/mujer, ni división de poderes; las políticas energética, migratoria y exterior son nefastas; el aborto y la inmigración ilegal se promueven y la natalidad se penaliza; no se respeta la propiedad privada. El tamaño de la deuda importa; el gasto para pagar la deuda pública en los PGE de 2022, supera a la suma de: Investigación, Desarrollo e Innovación; Infraestructuras y Defensa. Tenemos tantos empleados públicos como autónomos; 3,5 millones de españoles quieren trabajar y no pueden; tejido industrial manufacturero destruido. Inflación por las nubes y consumo por el suelo. Pronto nos rescatarán, antes se convocarán elecciones generales. España necesita urgente reducción de gasto público e impuestos. Los Gobiernos del Botánico derrochan subvenciones clientelares; saquean con impuestos; atacan a la educación concertada. Los alumnos valencianos hacen la EVAU sin aprobar el bachillerato; se pasa curso con suspensos; maestros y profesores ignoran principios liberales, enseñando socialismo como “igualdad” . La clase media desaparece. Hacer pagar IRPF a jubilados sin actividad laboral es un atraco. El impuesto de transmisiones hereditarias, simbólico en Madrid, es confiscatorio aquí. En esta legislatura, el Gobierno valenciano rebaja un 30% el mínimo exento del impuesto de Patrimonio, obligando a pagar a muchos más valencianos, cuando la inflación es del 9%. ¿Cuál es la política fiscal del PPV, sobre patrimonio, IRPF de jubilados y transmisiones en herencias?. Además urgen medidas de apoyo a la familia, a la natalidad. Sobrando profesores por persistente natalidad negativa, administrativos por la digitalización, los gastos de personal en esta legislatura han aumentado un 15,3%. Antes de irse, el Gobierno Sánchez va a hacer fijos a 25.000 profesores universitarios asociados, auténtico campo de minas de deuda para el siguiente gobierno. Menor ratio de alumnos por aula no mejora la politizada educación con profesores sin vocación, mal formados . La ley obliga conocer el catalán para ser funcionario de la Generalitat discriminando españoles y construye un coladero para separatistas adoctrinadores. VOX debe tocar más el suelo, publicitando su programa fiscal liberal, combinando los valores patrióticos con medidas que faciliten la vida a los ciudadanos. La prioridad del PP y VOX debería ser cooperar en expulsar democráticamente a los gobiernos derrochadores cuanto antes, y aplicar la tijera al gasto clientelar, amortizar miles de empleados públicos, eliminar subvenciones públicas a sindicatos, apartarlos de los cursos de formación; eliminar liberados sindicales, el 90% de los 12.000 coches oficiales, escoltas, asesores, entidades administrativas duplicadas. Las cuentas no se equilibran con más impuestos, sino con menos gasto.
Artículo publicado en Las Provincias