Tengan cuidado con los intelectuales racionalistas, son peligrosos.
El ser humano no es comprensible usando solo la razón, por eso los intelectuales racionalistas son causantes de grandes males, autores intelectuales de millones de muertos. incluso Karl Marx, pudo estar influido por otro. La revolución francesa causó muchas víctimas. El ser humano es multidimensional, tiene razón, pero también emociones, y la razón no se despierta si la emoción no quiere antes estar atenta. Necesita motivación. Los profesores lo sabemos muy bien.
La memoria acumula información, pero si no sabes relacionar cosas distintas, la memoria solo es un almacén. Una buena memoria no garantiza inteligencia alguna, hay memoriones de lo más estúpidos, en la universidad muchos. Hay comportamientos irracionales, contra-intuitivos, para los que se necesita inteligencia pata captarlos. No hace falta hablar de enamoramientos; los humanos subestimamos lo que abunda aunque sea maravilloso; el cerebro pide descanso a los tenistas después de ganar un set, y se relajan.
¿Es racional el comportamiento de un aficionado a su deporte favorito, que después de un gran partido se enfada porque su equipo perdió? El voto mismo, tiene poco de racional. La gente imita el comportamiento de los que están mejor que ellos, y en eso se basa la publicidad. No es comportamiento racional, pero si humano. Algún sabio, sin embargo supo observarlo y explicarlo. T. Veblen (1857-1929) ya lo sabía, antes que Goebbels.
El capitalismo también es contra-intuitivo, se basa en el trabajo duro, el ahorro y la continua e inteligente reinversión del beneficio. Para esto se necesitan muchas virtudes: disciplina, sacrificio, paciencia, perseverancia, laboriosidad, frialdad. Lo que hace una persona normal que gana dinero es gastárselo, disfrutar, presumir de que lo tiene, pero no sacrificarse y reinvertirlo. El capitalismo no se entiende por la razón solamente, hay que ser sabio. La escuela austriaca desmontó el marxismo, y todavía hoy hay muchos; la universidad está repleta de marxistas, no de sabios.
Sabios como Baruch Spinoza (1632-1677) o Adam Smith (1723-1790), explicaron como la búsqueda del interés individual puede redundar en beneficio para los demás. El libre comercio es una relación ganador-ganador, porque la valoración de un bien es subjetiva. Una persona que tiene mucho de algo la valora menos que otra que no tiene nada y la desea. Por eso hay comercio. Nadie explota a nadie, no hay engaño, hay convergencia de intereses en libertad.
Los que si engañan, o se equivocan, son los comunistas que nos dicen que el comercio es un robo, que los ricos son unos explotadores, y que el hombre es malo por naturaleza, y que el Estado es preferible a la libertad individual. luego una vez están en el poder viven con privilegios a costa de los impuestos que nos saquean.
Michel de Montaigne (1533-1592) fue filósofo, escritor, escéptico y moralista, hijo de comerciantes ricos, con sangre judía conversa por parte de madre, al menos. Fue el primero que utilizó el ensayo donde se opina públicamente por escrito.
Cuando los no creyentes se hacen moralistas, sustituyen a Dios, y pretenden trascender con teorías a veces falsas. Suelen utilizar la razón o algo parecido a la ciencia para justificar sus teorías. La revolución francesa fue ideada por intelectuales racionalistas. Los grandes pensadores cometen grandes errores, lo que ocurre es que pocos se atreven a combatirlos. Karl Marx (1818-1883), en su Manifiesto Comunista probablemente se alimentó de las ideas de Montaigne, y todavía hoy ambos tienen seguidores persistiendo en el error.
Hoy se cometen atrocidades intelectuales con la apariencia de ciencia, introduciendo la cantidad para medir lo que no es medible, contando lo que no es contable. Se utilizan conceptos y métodos cuantitativos para teorizar sobre el comportamiento humano, auténtica brujería con hipótesis inverosímiles, números y rankings.
Se sustituye la excelencia por cantidades, métricas y rankings, aparentando ciencia. Catedráticos mediocres abarrotan las universidades. El buen profesor dicen que es el que tiene buenas encuestas de alumnos que no van a clase y no saben sumar fracciones sin calculadora, ni escribir sin faltas de ortografía. Premian a investigadores por estafar publicando decenas de artículos al año, como si la innovación cayese del cielo. La universidad lleva desnortada dos décadas.
Retuercen la excelencia, el hábito de hacer las cosas bien, convirtiéndola en hacerlas saber, en lucir en rankings. Producen conocimiento fungible y redundante. La propaganda, el populismo, usan la cantidad sustituyendo a la excelencia. En realidad, como dijo Donald T. Campbell en 1975 obtienen lo contrario de lo que buscan. ¿Gana una guerra el que mas muertos causa, si el enemigo no se rinde? ¿Es mejor pintor el que mas cuadros pinta?, ¿Es mejor policía el que mas multas pone, o el que más presuntos delincuentes encarcela?
La falacia de Montaigne, la desveló Ludwig Von Mises (1881-1973), caracterizado por ser contrario a la intervención del poder en la economía. Demostró el error del marxismo consistente en la creencia de la existencia del precio objetivo de un bien comercializable. Montaigne dejó escrito en su ensayo 22, de su libro Ensayos, que en el comercio siempre uno se aprovecha de otro, es decir, siempre hay uno que sale beneficiado a costa de la pérdida en la que incurre el otro. Dice “no se puede obtener un gran beneficio sino a costa de otros”.
El Sr. Montaigne no tenía ni idea de economía, y debería saber que una cosa es atender a los pobres, y otra muy distinta es fomentar la pobreza, que es lo que hace el socialismo. El fundamento del error de Montaigne, es que no existe un valor objetivo del bien. Ganan los dos, el comprador está dispuesto a pagar libremente el bien al precio ofertado, mientras el vendedor tiene una valoración igual al precio de venta. Las consecuencias de esta falacia son todavía tremendas y han arruinado a muchos países, como el nuestro. Pero lo peor, es que estas teorías de suma cero, de ganadores y perdedores se enseñan en todas las universidades públicas porque los contenidos educativos a todos los niveles, ignoran las ideas liberales, ni los mismos profesores las conocen, irradiando una visión socialista equivocada.
Las consecuencias son tremendas porque toda persona que sale titulada de la universidad pública es un socialista inconsciente ignorando que lo es, porque le envuelven el socialismo con la igualdad, el feminismo y la cantidad, sobre todo de votos. Por eso, 3 de cada 4 titulados confiesa querer ser empleado público. Si además añade que el sueldo público medio es un 30% superior al sueldo medio privado, pues se juntan el hambre con las ganas de comer. Como se emprende tan poco y los impuestos y cotizaciones sociales son tan altos, el sector privado decrece y el público aumenta. La consecuencia es que la deuda se ha multiplicado por cuatro en dos décadas y que el PIB se ha congelado, descontada la inflación.
Formamos 1,25 millones de universitarios públicos, subvencionados al 80%, en los dos últimos años, emigran más de 400.000 titulados españoles. Formamos titulados que emigran y recibimos inmigrantes para trabajos manuales, porque los jóvenes españoles no quieren mancharse las manos. Tenemos 3 millones de trabajadores inmigrantes, y 3,5 millones de parados, 600.000 camuflados con el nombre de fijos discontinuos.
La universidad pública española lleva dos décadas obedeciendo al poder socialista, también cuando gobernó Rajoy, que no se entera de nada, o le daba igual. No deshizo el tinglado montado por Zapatero que todavía sigue. El Gobierno Sánchez les proporciona recursos de la UE que deberían haberse destinado a salvar las empresas privadas obligadas a cerrar en pandemia. No se han salvado las empresas ni tampoco se aprovecha en la universidad, el dinero extra se derrocha también, primero porque repartido entre tantos centros no alcanza, tampoco se esperaba. Solo aumenta lo docilidad al Gobierno.
Es pura malversación clientelar esencialmente. Todos los cargos y carguillos intermedios obedecen como las ovejas son guiadas por el perro al cerco de destino. La oveja que se escapa es reprimida oportunamente. El PP y VOX deberían pedir una auditoría aclaratoria de donde han ido a parar todos los fondos europeos, y denunciarlo en el Parlamento Europeo, y no ser cómplice, porque lo que ha hecho el Gobierno con los fondos es comprar votos, aumentar del gasto público, y dejar que se mueran miles y miles de pymes y autónomos, que cerraron y no han vuelto a abrir por falta de ayudas.
El socialismo no sabe gobernar sin derrochar, cuando no hay dinero no puede comprar votos. Sánchez nos endeuda 280 millones diarios durante el último año repartiendo privilegios al sector público. Es un ejemplo de tiranía, palo a quien no le vota y zanahorias a los que pueden votarle. Disfrazados están los que no votan socialista pero obedecen, son los socialistas inconscientes, calentándose en la olla del agua caliente del sueldo seguro, como ranas que no saltan hasta que se quemen.