La educación pública española antiliberal dificulta votar bien y remover a gobiernos tiránicos.
¿Quién causa más daño, nuestro verdugo, o los estúpidos que lo eligen? Toda situación real tiene lados positivos y negativos según el descifrado de intenciones. Las personas imitamos a los demás para ahorrarnos pensar qué hacer. El malvado se aprovecha de la ingenuidad que produce la ausencia de pensamiento y la instrucción manipulada. Goebbels descubrió (y este Gobierno lo copia) que repitiendo mensajes falsos, se convierten en “verdades” oficiales, creando estados de opinión que faciliten después, decidir o legislar totalitariamente. Quién dice: “Griñán no se ha llevado un duro a su bolsillo”, piensa que se puede “trincar” más. Quién difunde que la sentencia de los ERES es dudosa porque tiene “dos votos discrepantes”, reclama unanimidad judicial: pretende indultar, o rebajar pena a culpables. Cuanta más unanimidad menos independencia subyace (léase Talmud). Lo importante es que se han “distraído” 640 millones destinados a proteger desempleados andaluces. Lo que diferencia al humano de otras especies es la capacidad de transmitir el conocimiento e innovar, para bien, aprendiendo y mejorando la vida; y para mal, engañando y adoctrinando. El comunismo moderno consigue la hegemonía cultural adoctrinando con la educación y manipulando con propaganda. La tecnología se usa para vigilarnos e invadir nuestra intimidad. Buenas instituciones y líderes liberales facilitan el emprendimiento, la prosperidad de los países; los gobiernos socialistas-separatistas, quiebran la independencia de poderes, adulteran la realidad, adoctrinan socialismo en los colegios, obstruyen la libertad “oficializando la memoria” y nos arruinan. Como todo cambia, nuestras opiniones también deberían hacerlo, pero no es fácil. Para cambiar de opinión se necesita libertad, una autonomía que únicamente se consigue ejercitándola, nunca se regala. Quién no la ha “ganado” alguna vez, practica la genuflexión. Abundan socialistas inconscientes, la educación pública socialista/separatista en el 30% del territorio nacional, la eliminación de principios liberales en su totalidad, impiden la libertad. Propaganda Sánchez ordena repetir consignas que portavoces repiten como niñas asustadas . Aprender es cambiar de opinión; ergo quién no cambia no aprende. Cambiar requiere: libertad, inteligencia, humildad, sentido crítico (diligencia mental), honradez, valentía y seguridad. La inteligencia percibe el error en nuestra posición inicial. La humildad permite rectificar nuestra opinión y aceptar otra. La honestidad impide priorizar en exceso el interés particular al general; la seguridad y el valor posibilitan opinar contra la corriente oficial, afrontando riesgos de perder privilegios. La inmovilidad de opinión favorece siempre a los gobiernos. Las cualidades para cambiar de opinión (también electoral) requieren instrucción liberal que empleados públicos ignoran. En el sector privado, añada el problema de la supervivencia: el 40% de las pymes cerró junio en pérdidas; alta inflación; cotizaciones sociales asfixiantes; hipotecas y alquileres más caros; queda poca tranquilidad para reflexionar. Mientras el poder adquisitivo y el consumo menguan , Hacienda ha recaudado un 18% más este año, evidenciando que la inflación real dobla la oficial. Los gobiernos socialistas no rebajan cuotas impositivas, imponen impuestos a grandes empresas que pagarán clientes. La suicida política energética socialista: cierre de centrales nucleares, térmicas, embalses; prohibición nacional del “fracking”, teniendo gas; impuestos de emisiones de C02. Una política económica de importación de casi todo y producción de casi nada; altos costes energéticos reducen competitividad empresarial, elimina sectores primario, artesanal, manufacturero, generando paro. La política científica cuantitativa, derrocha capital humano estimulando investigación desechable, sin riesgo, fomentando el “hacer saber” en lugar del “saber hacer”. Sobran universitarios públicos que no se emplean (subvencionados al 80%) y faltan estudiantes FP; necesitamos soldadores, carpinteros, yeseros, tapiceros, conductores, recolectores,…, titulados trabajan de taxistas y camareros. El caótico mapa de titulaciones en la comunidad favorece que todas las universidades públicas oferten lo mismo, derrochando gasto público. El Presidente Puig, líder del saqueo fiscal autonómico y endeudamiento: anualmente 5.820 valencianos renuncian a herencias para no pagar el impuesto de Sucesiones. El impuesto de Patrimonio, ilegal por múltiple tributación (eliminado en toda la UE) rebajó en esta legislatura el mínimo exento un 30%, convirtiendo trabajadores ahorradores en falsos ricos, “padeciendo” una atención sanitaria primaria saturada, listas de espera quirúrgicas mortales y educación pública politizada. El Sr. Puig aumenta la deuda de la comunidad un 25% desde su llegada en 2015; derrochando gasto político y clientelar.