Los dirigentes de la UE actúan contra los europeos.
Las élites de la UE recomiendan doctrina woke: Elige el género que quieres ser, más
allá de la biología; disfruta del sexo sin tener hijos; no comas carne, ni pescado, ni
verduras, consume insectos, harina de gusanos, leche y carne de laboratorio, no uses
coches, aviones porque emitan CO2; no aprendas oficios manuales ve a la universidad
que está regalada y te enseñan a ser funcionario; obedece al gobierno; no te
esfuerces el Estado está detrás de ti; elige trabajo público porque el privado es
sospechoso; no tendrás vivienda, ni hijos, nada y serás feliz, ganando salarios bajos,
el Estado te proveerá de servicios gratuitos ; aprovecha la casa paterna mientras
vivan, y después el Estado dirá; las mascotas no te abandonan. ¿Puede el Estado dar
alguna felicidad, o esclavitud?
J. Milei y J. D. Vance han tenido el valor y el acierto de contarles a las élites europeas
sus gravísimos errores wokistas, también los de la administración Biden en EE.UU y del
UK. Milei reivindicó en Davos contarle la verdad a la gente, mientras las élites de la UE
y no digamos Sánchez, nos mienten, cambian nombres de conceptos para engañar al
votante. M. Draghi, asesor de cabecera, les acaba de decir a la UE “do something”,
porque no hacen nada con sentido común.
La UE es un monstruo burocrático, que no representa las opiniones ni de sus
votantes. Es un “club” de arrogantes que viven por encima de sus posibilidades,
derrocha inmensas cantidades de dinero, procedente de nuestros impuestos, no
fiscaliza los gastos de acuerdo a los objetivos propuestos. Las absurdas políticas están
contra el interés del pueblo europeo. Las élites parecen sobornados por intereses
ajenos. España gasta los fondos Next Generation en el sector público (empresas,
universidades y administraciones públicas), sin recuperar empresas privadas obligadas
a cerrar en pandemia, y no pasa nada. El comercio de votos en la actual UE es tan
aberrante como en cada país, dirigida por anti-europeos, con dudoso porcentaje de
maldad y de ignorancia.
Tiene difícil remedio porque las élites priorizan el sector público en lugar del privado,
característica comunista. Han convertido la UE en una zona comercial de servicios,
burocratizada, envejecida, con demasiados impuestos, sin innovación y con agendas
woke alejadas de los intereses de los ciudadanos. El decrecimiento malthusiano y la
agenda “sandía” no ha sido votada en la UE, tampoco la participación en la guerra de
Ucrania. Sánchez gobierna España con el menor soporte electoral que nunca haya
tenido el PSOE, aliado con partidos separatistas prohibidos en Francia y Alemania. La
UE no dice la verdad sobre la guerra de Ucrania. En 2022, dos meses después de
iniciada la guerra, UK (Boris Johnson) y la UE convencieron a Zelenski en Turquía, para
que no firmara la paz. Llevan tres años deteriorando la UE, y ahora critican a Trump
por querer acabar con la guerra. Putin no es un santo ruso pero fue provocado por
incumplir los acuerdos de Minsk en 2015.
Es inexplicablemente inmoral la posición de la UE de querer continuar la guerra en la
que EE.UU pone la mayoría del presupuesto, Ucrania los muertos, y la UE y UK solo
colaboradores complementarios. La UE no puede estar en las primeras etapas de las
negociaciones de paz entre otras cosas porque no hay una voz única, y porque no tiene
presupuesto, ni ejército suficiente. Sería un obstáculo. Estará al final para dar la
bendición y poco más. Las élites de la UE son incapaces de gobernar a nadie, son unos
burócratas arrogantes que ignoran la realidad. Utilizan el miedo a la extrema derecha
para unirse todos contra los partidos patrióticos, e incluso para dar golpes de Estado
remotos en Rumania.
La cultura woke es practicada no solo por gobiernos, también por organizaciones
internacionales subvencionadas, universidades públicas, y medios de comunicación,
y consiste en la estrategia socialista de cambiar el significado de unos conceptos
esenciales, engañando a los ciudadanos con crecientes impuestos, regulaciones u
pérdida de libertades. El vicepresidente norteamericano Vance no critica solo a los
europeos, también critica a la Administración norteamericana de Biden por gastar a
través del USAaid millonarias subvenciones para financiar medios de comunicación,
fundaciones y organizaciones que fomentaban el wokismo.
Las Agencias Cooperación Internacional del USAaid de Biden, y la española de Sánchez,
por ejemplo, son focos de derroche ideológico y corrupción, porque esas subvenciones
no las fiscalizaba nadie, se desvían fondos que van a parar a patrimonios de
particulares, a financiar medios de comunicación, ONGs y pagar personas para que
favorezcan objetivos ideológicos. Otra cosa que no hace la UE, y si ha decidido hacer
Trump es reducir el gasto público, eliminando lo que sobra. Al contrario, todo es
prometer inversiones multimillonarias (Plan Draghi, IA, defensa) sin eliminar nada, lo
que significa multiplicar impuestos.
El gobierno español subvenciona con miles de millones a ONG para acercar
inmigrantes ilegales, para ayudar el sistema ferroviario de Marruecos con 755
millones, mientras que llegar a Extremadura en tren es una aventura. Este tipo de
gobiernos tenemos en España, pero no sólo donde y cuando gobierna el PSOE,
también cuando lo hace este PP dirigido por los gallegos socialdemócratas y anti-
liberales. Feijóo dice que no puede ganar Rusia la guerra por que es el agresor. ¿Y en
Rumanía quién ha sido el agresor? No han dejado ganar las elecciones a un partido que
no gusta en Bruselas. Cuando no ganan los suyos no les dejan, y cancelan los
procesos electorales. ¡Vaya demócratas que tenemos en la UE! Pretenden que nos
engañan, pero todo el mundo lo ve, por eso los discursos de Milei y Vance.
El wokismo sustituye la libertad individual por una liberación posterior después de
fingir una victimización, protagonizada por un Estado coercitivo, que limita la
libertad de expresión y elimina la disidencia asustando a la población con la excusa
autoritaria de que cuentan bulos, fomentan el odio, o simplemente que son ideas de
extrema derecha. La propiedad privada, garantía de la libertad individual, no se
respeta porque así se enmascara y disimula la incapacidad de los gobiernos de
procurar el acceso a la vivienda, por incapacidad de afrontar el precio, o porque la
inseguridad jurídica retrae la oferta de viviendas. Se echa la culpa de la incapacidad
de los gobernantes a presuntos responsables representados por fondos buitre, o
apartamentos turísticos.
Así, el Estado aparece como salvador de los pobres, empujando a “ciudadanos
vulnerables” a ocupar la propiedad privada de terceros, que tienen que aceptar el role
de víctima ocupada. La libertad individual de la propiedad privada se sustituye por la
intervención estatal que permite la okupacion de viviendas, llegando incluso en
Barcelona a que el ayuntamiento compre un edificio para evitar el desalojo de vecinos.
En Alemania se multa a quien utiliza el móvil para contar lo que llaman “bulos”
calificándolos de delitos de odio a cualquier disidencia que crutique a los intereses del
Gobierno. No para aquí la vulneración de la libertad en la UE, en Rumania se han
suspendido elecciones políticas antes de que gane las elecciones un partido
inconveniente. ¿Es esto democracia o un golpe de Estado?
El presidente de la Conferencia de Seguridad de Munich, Christoph Heusgen, antiguo
colaborador de A. Merkel en asuntos migratorios, fomentó la entrada a un millón de
inmigrantes causantes de violaciones, asesinatos y heridos, incluso durante la
Conferencia, y lloriqueó públicamente en la clausura . ¿Por qué lloraba Heusgen? Tal
vez por vergüenza por no haber sabido defender los valores europeos, como le
recordó Vance, o tal vez lloró para hacerse la víctima después de ocupar altísimos
cargos muy bien remunerados con los impuestos de los europeos.
En la UE y en UK cuando gobiernan laboristas, acusan de racista a quién denuncia la
inmigración ilegal. En UK el Parlamento ha decidido no investigar 1400 casos de
prostitución de menores presuntamente dirigido por mafia extranjera, dicen que
porque sería acusable de racismo. Seguramente la excusa es falsa y políticos británicos
serían descubiertos como usuarios de esas redes de prostitución de menores. Gracias
al socialismo, España es el segundo consumidor mundial de prostitución. Dicen
defender el feminismo y acusan a la Iglesia, pero tienen persistente inclinación al
consumo de prostitución y corrupción de menores en centros de acogida,
demostrados en Valencia y Baleares. El discurso feminista es coartada para emplear
activistas que viven de nuestros impuestos. Lo mismo con los inmigrantes irregulares.
El riesgo emprendedor de la empresa lo reemplaza la UE por el absurdo del Estado
emprendedor. El Estado no puede emprender ni innovar nada porque no arriesga. El
wokismo universitario derrocha gasto público en titulaciones dobles justificando
profesorado y administrativos excedentes, y la tiranía de las métricas que mide la
excelencia por cantidades de publicaciones fungibles facilita la promoción exprés del
profesorado. El sistema de habilitación falsea autorías de publicaciones multiautor y la
repetición camuflada de ideas, inunda la universidad de catedráticos woke.