Por qué el sistema educativo público español produce socialismo.
Decía Hegel (1770-1831) que la revolución francesa fue ideada por filósofos. Sus consecuencias no han sido buenas al fundamentarse en principios contradictorios: igualdad y libertad. Los humanos sólo podemos ser iguales y libres al nacer o después de morir, porque en vida imitamos a los que están mejor que nosotros, queremos ser lo que no somos. Nuestra condición nada tiene que ver con la igualdad: hermanos de los mismos padres no se parecen; deseamos y envidiamos lo que no tenemos; despreciamos lo que abunda; valoramos lo que nos cuesta conseguir, más cuando lo perdemos. Sin frenos morales buscamos atajos . La consciencia de la muerte nos transforma, la curiosidad nos intranquiliza. Tenemos que aprender a sobrevivir, divertirnos, hacer amigos, la finitud de la vida se esfuma. La necesidad agudiza nuestro ingenio, dijo Gracián (1601-1658). B. Spinoza (1632-1677) nos advirtió de que lo mejor que podemos hacer es seguir nuestro propio interés, buscando la cooperación con los demás. La igualdad entre los hombres sólo es posible con la imposición, pero aún así, no existiría, porque los que ejercieran el poder, serían los amos, esclavizando a los demás. Los candidatos a amos, nos venden la igualdad, ahora y antes, para engañarnos y les entreguemos el poder votándoles. Tenía razón Ludwig von Mises (1881-1973 ) cuando demostró la imposibilidad económica del socialismo. En España, las enseñanzas de la Escuela Austríaca de Economía (EADE) y los principios liberales de Adam Smith (1723-1790), están voluntariamente excluidos de la enseñanza pública. Los departamentos de la universidad pública española están copados por una aplastante mayoría socialista, que ignoran las enseñanzas de la EADE donde la libertad individual sustituye a la economía planificada socialista. Además de los socialistas ideológicos, hay una muchedumbre de socialistas inconscientes, funcionarios que sin votar necesariamente a los socialistas, actúan como si lo fueran, que en la práctica significa contribuir al aumento del gasto público, a la sustitución de la iniciativa privada por el Estado. El arraigo del socialista inconsciente, no reside en el bien de España, porque el patriotismo ha sido caricaturizado de extremismo derechista por la propaganda socialista. La educación politizada, el sueldo seguro y la escasa lectura adormece fácilmente al funcionario. Pero antes que funcionarios somos españoles. Legiones de sindicalistas del sector público, liberados o no, se ocupan de mejorar todavía más sus privilegios. La hegemonía y prepotencia socialista es tal, que identifican la reducción del sector público superfluo e ineficiente con el demonio de la privatización, aunque tengamos una aplastante deuda pública. Voltaire (1694-1778) dejó escrita en su diccionario filosófico una venenosa verdad: “todos los hombres serían forzosamente iguales si carecieran de necesidades”. Afortunadamente las personas libres tenemos necesidades, aficiones, deseamos, queremos elegir, no necesitamos un Estado omnipresente, que nos prive la libertad y nos extraiga la propiedad adquirida con impuestos abusivos. Las necesidades humanas hace que personas emprendedoras tengan la iniciativa de satisfacerlas, arriesgándose a producir mercancías y que se las compren, o no, a un precio pactado, y así nace el comercio y la prosperidad. ¿Cómo previenen los países prósperos el socialismo? El instrumento más eficaz parece ser la Constitución. No es casual que el país más libre y próspero haya sido hasta hoy EE.UU, donde sus principios constitucionales sintonizan con las ideas liberales de A. Smith y el subjetivismo de la EADE. El sistema de libre mercado o capitalismo, se basa en la doctrina de que cada ser humano es importante, especialmente desde el punto de vista de la ley y la política. Como ser soberano individualmente, no vive con el permiso del Gobierno, ni de ningún amo. Cada individuo tiene un derecho básico a la propiedad privada obtenida honestamente. La idea económica de libertad de comercio reside en el individuo, mientras proceda de actividad pacífica y legal. En EE.UU son impensables: la ocupación de propiedades privadas; la asimetría legal hombre/mujer, las discriminaciones positivas; la dependencia del Gobierno de la Fiscalía General del Estado; el indulto de criminales separatistas. La hegemonía norteamericana decae por difusión de ideas socialistas emitidas por élites académicas europeas emigradas a universidades americanas en la segunda mitad del siglo pasado, que han extendido el miedo al individualismo.
Enviado a Las Provincias en Agosto de 2023.