Esperando a la lideresa

La oposición que España necesita.

España lleva dos décadas desde la llegada de Zapatero, en un alarmante estado de decadencia de instituciones, educación, economía, paro, deuda, imagen exterior, desigualdad ante la ley, separación de poderes, unidad nacional, inmigración irregular, seguridad jurídica y militar. Tenemos algunos servicios públicos africanos y pagamos impuestos escandinavos. ¿Pesimista? De optimistas y ciegos rebosan los cementerios.

Deberían bastar algunos datos: La deuda se ha multiplicado por cuatro, y en promedio cada año de los gobiernos de Zapatero, Rajoy y Sánchez, nos han endeudado en 60.000 millones, gastados sin presupuesto. El paro dobla la media de la UE,  el PIB no ha aumentado descontando la inflación. Tenemos un empleado público por cada 14 españoles, mientras que un país federal y rico como Alemania tiene uno cada 40, y la presión fiscal española es la más alta de la UE. Las altísimas cotizaciones sociales dificultan contratar trabajadores y por eso la actividad privada y la clase media decrecen sin pausa. 

Las universidades públicas se han convertido en guarderías porque los jóvenes españoles no trabajan ni en el sector primario, ni manufacturero, ni de camareros quieren trabajar. La natalidad española decrece con alarma 15 años consecutivos, las jóvenes parejas sustituyen niños por mascotas, los sueldos de los escasos empleos no permiten independizarse a la mayoría de jóvenes que si lo hacen, comparten pisos. Gobiernos socialistas les dan paguitas y transporte gratis (para que les voten) pero no generan condiciones fiscales, de seguridad jurídica, cotizaciones asumibles, para que se invierta y encuentren trabajo.

Según los datos de la oficina estadística europea Eurostat analizados en el último observatorio del mercado laboral, el 36% de los universitarios españoles tiene un empleo inferior a su cualificación. Eso significa que de los 1,25 millones de universitarios públicos subvencionados al 80%, sobran muchos y la formación no está adaptada al mercado. Pero las universidades derrochan titulaciones, profesorado y a pesar de la digitalización los administrativos no disminuyen. 

No tenemos suficientes médicos y enfermeros porque se van a trabajar al extranjero, pero sobran miles de administrativos que tele-trabajando atienden cada vez peor al ciudadano.  La atención sanitaria primaria está saturada y te atienden contra-reloj. ¿Cómo puede ser que tengamos dos veces y media más empleados públicos per cápita que Alemania y casi todo funcione mal? Es retórica la pregunta, claro la respuesta en gran parte es que hay 7,7 millones de españoles votan socialistas, y que éstos junto con separatistas han conducido al país a la ruina y la desaparición de España como nación. 

Claro que cada cual vota a quien quiere, pero también es responsable de lo que vota. Hitler ganó las elecciones y acabó destruyendo Alemania y causando millones de muertos. El Rey no se quiere enterar de lo que le tienen preparado, entre premios, uniformes, protocolos y fanfarrias, está dormido, y tendrá que hacer las maletas como su bisabuelo. 

En diez meses un terrorista será lehendakari, un poco más tarde un golpista se paseará por Barcelona. El próximo Gobierno Sánchez habrá roto el estado de derecho una vez más, amnistiando miles de altos cargos de la golpista Generalitat catalana, aprobarán consultas para separarse de España y sobre financiarán a las zonas separatistas.  

El ejército obligado constitucionalmente a mantener la integridad nacional (Articulo 8 de la Constitución) ni se le ve ni se le espera. No podemos sorprendernos de que hayamos transitado de ser un imperio a país en extinción, donde comunistas, separatistas y terroristas prohibidos en Alemania, nos gobiernan desde Moncloa. 

¿Qué hace la oposición política al Gobierno en funciones de Sánchez? 

La gran mayoría de autonomías, grandes, medianas y pequeñas ciudades, están gobernadas por el PP en colaboración con VOX. Pero de las dos almas del PP, la socialdemócrata es hegemónica en la mayoría de España y abanderada por Feijóo, y la liberal de la comunidad de Madrid gobernada por I. Díaz Ayuso, una excepción.  La ideología de Feijóo favorece que surjan casos como Guardiola en Extremadura, Prohens en Baleares. 

Hace días ante la proposición de VOX en el parlamento balear para posibilitar la libertad de elección de lengua, los representantes del PP se abstuvieron para que no saliera, a pesar de tener un pacto de gobierno con VOX.  Quieren ser moderados, modernos, equidistantes, centristas. Son jóvenes y hay que disculparles porque no se enteran de nada. 

Además M. Prohens habló en el Senado en catalán/mallorquín, para que se note que actúa contra lo que quieren los que la votan. ¿No saben Feijóo y Prohens  que por la vía lingüística se adoctrina pan-catalanismo contra España en los colegios por profesorado militante separatista colocado por la separatista F. Armengol? No solo allí, también en la comunidad valenciana. Además, si no eliminan la restricción lingüística para devenir funcionario en esas comunidades, se discrimina por motivos lingüísticos al resto de españoles, y consuma la división de España. 

El PP intenta satisfacer el rol de empresa de colocación, y evitar compartir gobiernos con VOX, como en el ayuntamiento de Valencia, hasta que al final ha tenido que rendirse a ceder parte del gobierno a VOX. Al final cedió, como cederá Prohens en Baleares como lo hizo Guardiola en Extremadura. 

Otra negligencia grave tanto en Baleares como en Valencia, es la pasividad en la sustitución de los responsables de la televisión autonómica que es instrumento de adoctrinamiento. Si no lo hacen, en una década tendrán problema de separatismo como en Cataluña. Deben saber que los jóvenes ya llegan adoctrinados a la universidad, y que muchos son electoralmente comprados con las paguitas socialistas y el transporte gratuito.

Feijóo y no solo el, cree que gobernar bien es ganar elecciones, le importa más colocar gente de su partido que España. Gobernar bien no equivale a ganar elecciones o investiduras. La manera más sencilla de identificar una mala gestión, es que la organización esté peor al final del periodo de gobierno que al principio, y que la deuda aumente. Gobernar a base de gastar y endeudarse no es más que comprar votos de unos con impuestos de otros, pura malversación tiránica. 

En el estado de gravedad de la enferma España, cada gobierno local o autonómico, debería dar la batalla cultural y ofrecer libertad lingüística, cuidar los contenidos informativos educativos e informativos para que no adoctrinen, reducir gasto público superfluo (asesores, coches oficiales, subvenciones) reducir los impuestos autonómicos y locales, posibilitar la oferta de suelo para que se construyan viviendas por empresas privadas, simplificando trabas administrativas. Eliminar toda subvención a sindicatos y aumentar las horas de atención al público de la administración pública, sin aumentar personal.  Servir al ciudadano olvidándose de populismos, mejorar el país, olvidarse de inercias falsas. Si aún así, se pierde no importa, hay que hacer lo que se debe hacer.

Olvidarse de ecologismos, agenda 2030, impuestos ecológicos o animalistas, fomentar la creación de todo tipo de empresas y actividad económica privada. Reducir vía amortización de plazas de jubilaciones administrativos superfluos, eliminar teletrabajos en situación de normalidad sanitaria. Los ciudadanos necesitan notar que hay diferencia entre gobiernos socialistas de los que proceden de PP y/o VOX.  La oposición debe transmitir al ciudadano que no son partidos para colocar afines, como hace el PSOE y los partidos separatistas.  Son muchísimos los centros de poder local y autonómico del PP que pueden y deben hacerlo.

Hay que atreverse a transformar, y mostrar voluntad de servir, más que de servirse. A Feijóo le sobra cálculo y le falta corazón. Le sobra ambigüedad (ocultar para aprovecharse) y le falta sinceridad, y se le nota. Sobra artificio discursivo y falta naturalidad. El español medio no se identifica con Feijóo por tanta coraza, tanto plan. Mejoraría si se olvidara de ganar, y apuntara a lo que debe hacer. Sus asesores están perdidos como vimos al final de la última campaña electoral. 

Mientras pueda llegar la auténtica lideresa nacional, I. Díaz Ayuso en Madrid, única que se atreve a reparar el daño causado por Zapatero y Sánchez, que nada más ni nada menos quiere concluir con la destrucción de España y la eliminación de la monarquía, ni Feijóo, ni el Rey están a la altura de lo que España necesita. 

El PP y España necesitan alguien con poder transformador que se atreva a plantear la batalla cultural cada día. Cuando intentó Esperanza Aguirre liderar el PP en 2008, el PPV  valenciano no la apoyó, dándole la victoria a Rajoy, España perdió una década de socialismo corrosivo y destructor. ¿Le sucederá lo mismo a Ayuso?  No es de extrañar porque a la hora de la verdad, al PP le cuesta elegir a una mujer, aunque sea la única mujer capaz de torcer el brazo al socialismo separatista. Esperemos que no sea demasiado tarde.

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