El camino necesario a recorrer para evitar la pobreza

Principios para salir de la pobreza

La cuestión de la pobreza o riqueza de un país es una cuestión cultural, espiritual,
casi religiosa, depende de valores. La de sus hijos también. Usted comprobará, si tiene
la paciencia de leer tres páginas, que depende más de la capacidad de renunciar que
de tener, y de su capacidad de gestionar el tiempo. Si a los niños, en su casa (olvídese
de la escuela pública española) se les transmitieran los valores adecuados, no habría
prácticamente españoles pobres. El Gobierno importa, pero más por obstruir los
valores adecuados a través del sistema educativo público, que se dedica
precisamente a propagar las ideas contrarias. Los gobiernos no siempre quieren la
prosperidad de los administrados. El actual gobierno autoritario español quiere que
todos dependamos del Estado, de la subvención, sueldo o contrato.
Para no depender del Estado necesitamos libertad, y para ello es imprescindible la
propiedad privada. En España ésta no se respeta por la ocupación ilegal consentida
por los que el Gobierno califica de “vulnerables”. Las élites de la UE actual, defienden
una agenda de decrecimiento, y nos susurran que “no tendremos nada y seremos
felices”. Para decrecer mejor, aprueban la Ley de Restauración de la Naturaleza, para
acabar con el sector primario, después de dañar el del automóvil y abrir las puertas al
coche eléctrico chino. La Comisión de doña Úrsula es una secta de incompetentes
cuya estupidez o maldad solo se explica con sobornos.
Las comisiones en las compras de armamento son más altas y ocultas que las de las
obras públicas. La ministra de defensa, la Sra. Robles, acaba de cambiar al responsable
de compras. El patrimonio de algún exministro de defensa de Felipe González,
sucesores y Directores Generales de la Guardia Civil han crecido exponencialmente.
Para robar hace falta gastar, y quien gasta mucho dinero público puede robar mucho.
El camino para dejar de ser pobre es el mismo que para ser rico, sólo que éste último
requiere alguna estación más y más cualidades. Es un camino virtuoso que no se
enseña desgraciadamente, porque no conviene al socialismo dominante.
El PSOE no suelta el control de la educación aunque no gobierne, y los sindicatos
controlan los institutos de secundaria. Todos los partidos separatistas empiezan con
la batalla lingüística, incluso inventando una lengua normativa, artificial, si hace falta,
como la vasca. Tres de cada cuatro titulados universitarios españoles quiere ser
funcionario, cada día 1.100 titulados emigran, somos el país más sobre cualificado de
la UE, los jóvenes españoles no trabajan manualmente.
Como explicó Antonio Gramsci, el comunismo moderno trata de lograr la hegemonía
cultural a través del sistema educativo. Los partidos socialistas, comunistas y
separatistas, y los sindicatos que transmiten estas ideologías, con la connivencia de
directores de institutos de secundaria y rectores de universidades públicas forman un
engranaje dirigido a la hegemonía cultural estatista socialista. Esta hegemonía se
completa con el control del mundo artístico y los medios de comunicación. Todos
cobran: empleos, subvenciones, recursos excepcionales, premios, medallas.

Los golpes de Estado modernos, la transformación de débiles democracias en
democracias totalitarias, que son dictaduras sin la violencia de la fuerza militar, no
son iguales a las del siglo pasado. Curzio Malaparte lo ha explicado en “Técnicas de
Golpe de Estado”. No hace falta la fuerza como Maduro, en Venezuela, Ortega en
Nicaragua. La UE demuestra estos días con el golpe de Estado implementado en
Rumanía (veto interpuesto a Georgescu). Los ingenuos creen que porque hay urnas y
no hay muertos a tiros estamos en una democracia. Todo cambia, hasta las guerras y
el armamento se han digitalizado. Terroristas en nuestras ciudades europeas ejecutan
continuamente con atropellos intencionados.
Las intenciones políticas naturalmente no son confesadas, las cosas no son lo que
parecen, en la política practicada por totalitarios. Nos venden: defender la igualdad de
oportunidades; la educación debe ser pública porque no puede ser un negocio (como
si el negocio fuese despreciable); lo privado es sospechoso de explotación; no
tendremos nada y seremos felices; nadie se quedará atrás; la educación es un ascensor
social; … Todas estas falacias las cacarean portavoces al servicio del totalitarismo, la
batalla cultural para engañar a incautos para que les voten. Para evitarlo, no se trata
solo de instruir a ignorantes y confiados, hay que remover a malvados y cómplices,
son poderosos e inteligentes. Hay que ser mas inteligentes que ellos, decirle la verdad
a la gente y esperar que se movilicen con el voto. El futuro de nuestros hijos está en
juego, es un desafío patriótico de lo que hablamos.
La tarea es formidable teniendo tan numerosos adversarios, el camino es lento, pero
individualmente siempre se puede lograr, no solo actúan todas las fuerzas activas
citadas, están también los inconscientes, los que miran para otro lado, los cobardes,
los que no hacen nada. Venden que hacen el bien sabiendo que nos arruinan. Estamos
solos, ni con la Iglesia podemos contar, acogotada y rendida al poder político.
Los partidos totalitarios, ya sean socialistas, comunistas o separatistas son enemigos
de la propiedad privada, material y mental, por eso se unen tan establemente, es una
aleación difícil de destruir, requiere disolución permanente y constante. La tarea es
difícil con tan fabulosas fuerzas en cantidad y recursos, pero la recuperación de la
libertad, procurar huir de la pobreza, son objetivos por los que cualquier alma noble
debería luchar.
Para salir de la pobreza no hay más camino que recorrer los pasos del capitalismo
sano, que nada tiene que ver con el consumismo que nos venden. El capitalismo sano
es contra intuitivo, es una invención humana que exige sacrificios y virtudes
personales, pero además un entorno de mercado libre, garantías de cumplimiento de
contratos, servicios financieros a precios razonables. Para eliminar la pobreza lo que
hay que hacer es buscar la riqueza, aprender estas ideas es una prioridad para todos
los niños, para que no sean adultos pobres. Cuando le das un caramelo a un niño, y lo
guarda en lugar de comérselo inmediatamente, ese niño seguramente no acabará de
pobre. Podemos resumir estas ideas en tres:

  1. Ahorrar, viviendo siempre por debajo de nuestras posibilidades antes de
    llegar a la jubilación. Ahorrar es retrasar el consumo. No gastar más que se
    ingresa. Renunciar a la preferencia temporal al consumo. Nada de Carpe Diem,
    de aprovechar el momento. Quién se deja seducir por las sirenas del gasto, el
    placer y los caprichos, acabará como pobre. Hay que sacrificarse. La religión
    ayuda al habito de la renuncia. El hedonismo va en dirección contraria y
    condena a la pobreza futura. No lo imposibilita que los ingresos sean bajos, o
    vivir en un país donde los impuestos son altísimos como en España, donde es
    difícil ahorrar, y los gobiernos obstruyen el ahorro. Los ahorros del joven son
    los más rentables. Esta condición solo se debe relajar cuando te jubilas. Este
    cambio de actitud es difícil por la inercia y somos seres de costumbres, pero la
    sabiduría ha de servir para algo.
  2. Capitalismo sano que permita invertir adecuadamente los ahorros adquiriendo
    propiedad. Se necesitan instituciones capitalistas adecuadas, un sistema
    bancario y financiero eficiente, que se respeten los contratos. Cuanto menos
    impuestos se impongan más facilidades habrá de huir de la pobreza. España, y
    todos los gobiernos socialistas castigan con sus altos impuestos esta etapa.
    Pagar el salario mínimo vital a dos millones de españoles es una confesión de
    fracaso y ruina para todos. Hay que enseñar a pescar, no darle pescado a quien
    no sabe hacerlo. La propiedad es esencial para la libertad. Se necesitan
    recursos materiales para ejercer la libertad. En ausencia de propiedad
    necesitas permisos del gobierno si es propietario de casi todo.
    Por ejemplo en el Chile de S. Allende (1970-1973), su gobierno nacionalizó toda la
    producción de papel, con lo cual tenía control de los periódicos, y no se podían
    publicar críticas al gobierno. El socialismo internacional esto no lo cuenta. En aquel
    tiempo no había ni internet ni redes sociales. Hoy, la UE quiere limitar las redes
    sociales por razones parecidas. Ambas posturas, la de Allende, y la UE de hoy, son
    totalitarias.
    El buen ahorrador no tiene porque saber invertir bien. Un buen emprendedor no tiene
    porque tener capital. Son dos cosas distintas, pero un capitalismo sano es capaz de
    ofrecer esos servicios, suministrar liquidez a tipos de interés razonables, y asesorar
    bien al ahorrador para obtener rendimientos que superen la inflación.
  3. Trabajo duro. Hay que trabajar siempre y todos en una economía sana. La
    renta básica, el mínimo vital, vivir de subvenciones condena a la pobreza.
    Quien se acostumbra a esa manera de vivir acaba de pobre. Hay que tener una
    ética del trabajo. Conceder salarios mínimos vitales favorece la vida del
    subsidio y condena a la pobreza. Reinvertir los beneficios gastando solamente
    los intereses de manera que el capital ahorrado no disminuya.
    La implementación de estas ideas requiere esfuerzo, voluntad, paciencia, fe, sacrificio
    y dedicación, las llamadas virtudes burguesas que nadie enseña.

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