Culpables camuflados.
Todo cambia como dijo Heráclito de Éfeso hace más de 2.500 años, pero la vida entera no les da a muchos para enterarse de lo que les pasa. Luego están lo que se enteran cuando alguien les alerta, y sintiéndose prisioneros del sistema deciden continuar sin notar los grilletes. No podemos cambiar nuestro principio, pero si cambiar nuestra futura vida, la cobardía nunca les permitirá estar en paz, viendo nuestro alrededor.
A Heráclito le interesaba descubrir la verdad, pero lo ponía difícil. Vamos, que no enseñaba fácil a conciencia, debió pensar que quien no descubre la verdad buscándola, no la asume prestada. Muchos no quieren ver los cambios porque les obligaría cambiar a ellos, y eso es mucho pedir a los funcionarios. Una persona del sector privado, o jubilado no contribuye al socialismo más que votándoles, pero un empleado público o un desempleado si. Contribuyendo al crecimiento del sector público innecesario, improductivo. El socialismo quiere que todo sea público y dependa del Estado. Ese tránsito sucede saqueando a unos y subvencionando a otros, en el camino se drena la corrupción.
Ni Zapatero ni Sánchez inventaron nada, y no lo necesitan con tanto tonto que les vota. Nos han contado el cuento de la democracia española, que la ejemplar transición dicen que nos concedió. Pura ilusión, la transición nos dejó una partidocracia autoritaria sin cauces para impedir que un delincuente, un vago, o un enfermo mental llegue a la presidencia del gobierno. El caudillo de un partido político llega a la presidencia con votos suficientes, sea un psicópata, delincuente o dictador.
Sánchez dice que las universidades en el 2025 se van a celebrar actos del 50 aniversario de la muerte de Franco, que nos dejó siendo España la novena potencia económica del mundo por PIB, bajísimos impuestos, cinco veces menos empleados públicos per cápita y todo el mundo trabajaba. Sánchez nos dejará por debajo de la decimosexta en PIB, con dos millones de familias pobres cobrando el mínimo vital, tres millones y medio de parados . Con dificultad de acceso a la vivienda para muchos, donde la natalidad es de las más bajas del mundo, el aborto está promocionado y gratuito, 12 jóvenes se suicidan cada día y 1.100 titulados universitarios emigran diariamente por imposibilidad para ganarse la vida.
Los españoles que no dejan nacer se sustituyen por menas creciditos, que votarán cuando puedan a los que les abren la puerta. Cuando gobierna el PP de los gallegos empeora menos en lo económico y no repara nada del destrozo ideológico. Responsables muchos, pero los hay no identificados como son los forofos votantes del PP, esos que votan siglas hagan lo que hagan sus portadores.
Porque este PP de señoritos esquizofrénicos, que coinciden con el PSOE en Bruselas, no tienen agallas para irse primero del partido Popular Europeo, y dejar de asumir la agenda suicida de la UE, que ha destruido la industria, la seguridad interior y exterior, el sector primario, el automovilístico, y no sabe qué hacer con la inmigración, la energía, o la defensa. En su mayoría las élites de la UE son un grupo de vividores de la política vendidos a intereses anti-europeos, y nadie sabe si no están sobornados.
La ciencia se distingue por cuestionar continuamente la verdad establecida, pero para muchos académicos españoles parece que lo científico es obedecer a quien te da recursos, aunque sean de dudoso origen. Y esto no significa ser antieuropeo, sino lo contrario defender a la UE del sentido común, defendiendo los propios estados de la UE. No se puede coincidir con el PSOE en la UE y aquí decir que se está en contra, señoritos moderaditos. Eso no lo entienden ni ellos, porque tanto PSOE como PP (con la excepción de Madrid) son organizaciones de poder que viven de espaldas a los españoles y a favor de su partido.
La universidad pública española padece quantofrenia (epidemia de la cantidad y los rankings), fomentando la cultura de la propaganda y el “hacer saber” en lugar de “saber hacer” asumiendo riesgos. Se conceden premios y medallas a delincuentes científicos que hasta llegan a producir varias decenas de artículos anualmente. Esta epidemia se fomenta por la universidad que mide la productividad por cantidades de ítems, donde ni la autoría real de publicaciones multi-autor está garantizada. La repetición de ideas para publicar más, es aberrante. Se hacen catedráticos repitiendo lo mismo disfrazado toda su vida académica.
¿Qué director de centro de investigación tiene valor de proponer algo diferente si le van a evaluar y financiar por estos baremos absurdos? ¿Dónde se refleja su presunta calidad? Ninguno, por falta de valor y personalidad, se contagian todos siguiendo la corriente enloquecida y vacía. La rueda afecta a todos, porque incluso los senior procuran la promoción de los jóvenes. Es una farsa absurda donde el riesgo y la innovación no existe por ningún lado. La universidad vive de espaldas a la realidad, y todos los rectores se contaminan en la socialista CRUE. Llevamos dos décadas donde se produce conocimiento fungible, pero hay cada vez más catedráticos y más mediocres. El 40% de algunas facultades son catedráticos.
El conocimiento fungible producido sirve sobre todo para promocionar el PDI, cada cual gira la rueda como un hámster produciendo artículos que repiten ideas y eliminan el riesgo para asegurar productividad. Las cantidades hacen presumir a los rectores en rankings donde la universidad aparece y paga cuantiosas cantidades de dinero público de nuestros impuestos, para ser “medida”.
La innovación es escasa y no se repite. Esos que publican tanto estafan en el contenido, en la firma, o en las dos cosas. No se puede ser buen funcionario siendo un mal español, lo primero es lo de todos, y los impuestos no son para derrochar. Un país cuyo sector privado mengua y el sector público lleva 45 años aumentando no puede sostenerse. La deuda actual de 1,7 billones no permitirá pagar las pensiones y sueldos públicos, a pesar de la asfixiante presión fiscal. El descenso de natalidad, la digitalización y la IA permitiría amortizar miles de empleados públicos, y se hace lo contrario aumentándolos.
Gobernantes, rectores, grandes sindicatos y sus forofos votantes son los principales culpables. Un gestor público que derrocha gasto es un traidor. Pero en la España actual la malversación es delito interpretable. Los contenidos educativos universitarios españoles han marginado sistemáticamente las influencias liberales inglesas y austriacas, y han priorizado las estatistas de inspiración francesa. Eso tiene consecuencias deformadoras de los titulados. También en la ausencia de mentalidad emprendedora y en un estatismo intervencionista de la economía.
Los titulados no pueden salir de las facultades con mentalidad emprendedora, porque la casi totalidad del profesorado no la tiene, ni por experiencia ni por los contenidos de su formación. La educación universitaria no es un bien esencial, es opcional y devaluado, por sobre oferta y porque la economía intervenida no emplea a los titulados. El socialismo es incapaz de asignar un precio a los bienes, como ha demostrado la escuela austriaca de economía.
¿Cuál es el precio de la formación universitaria? No tienen ni idea de como asignarlo, como mucho a lo que llegan es sumar todos los costes y dividir por el número de alumnos, pero esta manera mecánica lo que calcularía es el coste, no el precio. El precio es el que esté dispuesto a pagar la familia del alumno. Se estima que el coste de la matricula anual es un 80% mayor de lo que paga el alumno. Cuando el precio está desproporcionadamente bajo se produce un exceso de demanda.
¿Cuál es la motivación? Evidentemente el adoctrinamiento estatista socialista, evitar que vayan alumnos a la universidad privada, no sea que aprendan ideas liberales. Es injusto porque no siendo un bien esencial, habiendo sobre cualificación, exceso de titulados y emigración, las familias que no usan la universidad financian a los que si la usan. Si las familias decidieran que yendo a la universidad pública sus hijos no se emplean, entonces habrá un gran exceso de plazas sin cubrir, sobrarán profesores y hace tiempo que sobran administrativos. Los gobiernos no socialistas de comunidades autónomas deberían imitar a I. Ayuso y reducir paulatinamente el derroche de presupuesto universitario.
Todos los socialistas inconscientes (que no votan PSOE) pero obedecen a rectores contribuyendo al aumento desordenado de dobles titulaciones, no solo contribuyen al aumento de la deuda sino al riesgo de una crisis cuando las familias despierten y observen que el titulo universitario no emplea, y enviar a sus hijos a universidades públicas es una inversión fallida. ¿Qué harán con exceso de miles de profesores y administrativos vitalicios?
Naturalmente la propaganda, el negocio tramposo de los rankings que no miden lo que pregonan, el recurso del paulatino decrecimiento del coste de las matriculas, llegarán hasta hacerlas gratuitas, retrasará el desenlace. El poder socializante tiene muchos instrumentos para retrasar el desastre, disfrazado de mentiras como que la universidad no es solo para los ricos, como en tiempos de Franco. Muchos no éramos ricos y estudiábamos con exigentes becas. Actualmente los alumnos de la universidad pública saben que no se emplean y tienen que añadir uno o dos máster para aumentar la empleabilidad, o emigrar.