Presencia de Goebbels en Moncloa

El Gobierno Sánchez utiliza los métodos de propaganda de los nazis

En 1933, Adolf Hitler llegó al poder, nombró a Joseph Goebbels ministro de Educación Popular y Propaganda, quien resumió su método de propaganda en once principios, que replica el aparato de comunicación del gobierno Sánchez. La penetración de internet y la propaganda hacen hoy que la cantidad de usuarios de una actividad se haya convertido en aval de calidad, como si el soporte poblacional garantizara excelencia o rectitud moral. El Principio de Unanimidad (PUG), dice que hay que convencer a mucha gente que se piensa como todo el mundo, creando sensación de unanimidad. Este principio nos invade por los medios de comunicación afines al gobierno. Florece el sentimiento del rebaño: lo que hace la mayoría es lo bueno.

La prevalencia de la masa responde al Principio de Orquestación, la repetición de ideas desde diferentes perspectivas convergiendo sobre el mismo concepto. La propaganda debe limitarse a unas pocas ideas repetidas incansablemente: igualdad, feminismo, escudo social. La propaganda convierte la cantidad de mensajes suficientemente repetidos en realidad, aunque sean mentiras o anhelos. El presidente Sánchez identifica la transparencia con cantidad de horas de televisión del gobierno (Principio de Vulgarización: capacidad receptiva de la masa es escasa). Por el principio de Simplificación del Enemigo Único, se individualiza al adversario en un enemigo único: la extrema derecha. El Principio de Renovación, por el cual se emiten constantemente informaciones a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa: pensiones, impuestos, ley de monarquía, ecologismos, mantras de igualdad sexual… Por el Principio de Transposición, se cargan al adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con ataque: El Gobierno se atribuye los éxitos y le endosa lo que va mal al adversario. Así, dice que salva vidas cuando impone tres meses de estado de alarma, y le echa la culpa al PP de las muertes, por recortes sanitarios, o ser desleal. La propaganda cuantitativa justifica el PUG y la conveniencia de lo masivo. La cantidad sustituye a la verdad, la excelencia, o la moral (que no existe). Lo correcto, no es lo que la mayoría debe hacer, sino que, lo que hace la masa se convierte en lo correcto. Es una sustitución de hecho, de lo que hace la masa por lo que debería, de la propaganda por la moral, del hecho consumado y el anhelo, por el derecho y la justicia: disculpa el indulto de separatistas y okupas de viviendas. Un efecto de la tiranía propagandística es la práctica totalitaria contra la población que no apoya a la mayoría gobernante. Esto responde al Principio de Silenciamiento: acallar y disimular todas las noticias que favorecen al adversario. Ocultan miles de muertos, imágenes de féretros, censuran las críticas al gobierno. El gobierno Sánchez, actúa contra católicos y liberales (ley de Educación) y contra autónomos, simplemente negando las ayudas directas que el resto del mundo libre proporciona. La consecuencia es el cierre creciente de miles de pequeñas empresas y mas paro.

La propaganda nazi estaba diseñada a movilizar una Alemania expansionista, nada que ver con los planes de supervivencia del gobierno Sánchez, que no podría hacer frente militarmente ni a Marruecos, y solo aspira a durar en el poder lo que pueda. ¿Hasta cuándo le vale el modelo de propaganda nazi? El modelo le vale al gobierno porque no tiene ningún mensaje moral que ofrecer al país, lo que le permite engañar continuamente a la población con mensajes vacíos sobre igualdades artificiales. Puede decir hoy una cosa y mañana la contraría. El gobierno es este ahora, pero si Rivera hubiese pactado con el PSOE, ahora sería vicepresidente Rivera. Este PSOE orwelliano no tiene proyecto nacional más que continuar en el poder con su dicta(blanda). La economía va a saltar por los aires, la duración del gobierno de coalición dependerá de hasta cuando resiste y llegue el nuevo rescate europeo que obligará a convocar elecciones, por supuesto dejando el país arruinado, como hace siempre el PSOE cuando deja el gobierno. La duración puede depender también del comportamiento en las urnas de los catalanes el 14 de Febrero. Abróchense los cinturones, que vienen curvas.

Artículo publicado en Las Provincias

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