Montesquieu

España ante el abismo material y moral. 

Tres profesores universitarios, G creyente, optimista; L agnóstico, pesimista, y A obediente y formal, conversan sobre lo leído la última semana, de 19 a 21 horas, tomando dos cervezas.

L empieza comentando que ha leído un pensamiento de Montesquieu que le ha hecho pensar, por lo acertado que parece: “No hay vida social sin virtudes morales”, y me sugiere casi tres siglos después: ¿qué virtudes morales comparte hoy la sociedad española, qué nos une, cuando la unidad lingüística ya está perdida?

G: No puede haber virtudes morales sin Dios.

L: sería mejor, pero ¿cómo inculcas la religión a quién no lo has hecho ya de niño?, la cuestión es que los socialistas en España han conseguido apartar a Dios de la educación; la Iglesia no hace bien su papel, el papa comunista defiende la agenda 2030; hay otras religiones; necesitamos algo que unifique a todos.

G: No se puede sustituir a Dios.

L: Sería lo mejor pero no es posible. El punto intermedio que diría  Aristóteles, debe ser una ética compartida.

G: La ética significa distinguir el bien del mal.

L: Si, pero en la tierra, en la vida diaria, en el más acá, porque como diría un economista austriaco, la restricción religiosa no la cumplen todos, no es realista. Hay una ética de la libertad y la ética del Estado, su contraria.

A: Lo único que une a los españoles son los éxitos deportivos representando a España. El absolutismo del rey Luis XIV, una monarquía excesiva, no compartió el poder con la nobleza y persiguió a los disidentes. Provocó la revolución francesa como reacción. La segunda ley de Newton, también se cumple con los humanos, dice que cuando hay acción hay reacción, pero no proporcional.  En lo humano, no suele haber proporcionalidad, porque la masa no se guía por la razón. El rey es una especie de intermediario entre Dios y los hombres, pero  es una mediación simbólica; el rey no debía aplastar las críticas, y debe intentar ser ejemplar.

A: Los humanos somos débiles, y las debilidades nunca pueden ser públicas. Ya veis lo que pasó al rey emérito.

L: Necesitamos traducir el pensamiento de Montesquieu a nuestra situación. Nuestro rey, Felipe VI, si es simbólico, perfecto hasta ahora.

El rol absolutista lo juega Sánchez.

A: El elemento unificador nacional debe ser la ética, pero ya en la universidad funciona la ética del voto, ni de la verdad, ni de la excelencia. Lo bueno es lo mayoritario.

L: La universidad se desmorona por la politización y el gobierno de los mediocres. G: Merecemos una universidad diferente.

A: Lo que se vive en la universidad se traslada al salir. Tardará en desaparecer, cuando las familias comprueben que barato es malo.  En las delegaciones de alumnos hay pequeños tiranos.

L: Esta universidad pública no emplea, no innova porque no arriesga, instruye socialismo y separatismo. Los alumnos aprenden a ser picaros, no a ganarse la vida.

G: Hay que tener esperanza, hay jóvenes fantásticos.

A: ¿Cómo se puede implantar una ética que permita compartir valores?

L: No es posible, los estudiantes en Valencia ya vienen adoctrinados de secundaria. Les cuentan que lo que importante es el título, se desaprovecha el talento de los mejores.

A: ¿Se puede consensuar algo con gente que lleva dos décadas enfrentando a la población?

L: No se puede construir nada con Zapatero o Sánchez, no son tolerantes, pretenden destruir la familia y sus votantes no se enteran. Nuestros compañeros de universidad son socialistas en un 90%, mitad conscientes ideológicos, el resto inconscientes. Por cierto, Montesquieu era liberal, envidiaba la constitución inglesa.

G: ¿Es que ser funcionario te obliga a ser socialista?

A: Claro, el sueldo seguro, la mayoría no quiere tener problemas, y los sindicatos provocan más gasto público y privilegios.

L: Los problemas no tienen por qué tener solución. Necesitamos que PP y PSOE consensuen una ley educativa para largo, que dejen de enfrentar a los ciudadanos, tener un objetivo común compartido.

G: Eso podrá ocurrir después de Sánchez, que empeoró a Zapatero, pareciendo imposible.

L: En once meses, Otegui lehendakari, los pistoleros siempre ganan en España.

A: los estúpidos también votan.

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