El comunismo expropiará viviendas si no se expulsa.
España progresa tanto hacia atrás, que la más elemental necesidad de techo se está convirtiendo en un lujo. Es la consecuencia de elegir gobernantes ineptos. El socialista verdadero, el ideológico, no el tonto que vota por irracionalidad, adora al Estado para servirse de él, con la excusa de servirle. Es como el miedoso falso creyente , que recurre a su Dios sólo para que le proteja cuando el mal le acecha, y es un canalla con los demás, el resto del día. Van a misa y cancelan su maldad. O, como aquellos a los que apeló J.F. Kennedy, en Berlín, aquellos que siempre reclaman lo que el país debe hacer por ellos, pero no hacen nada por su país. Mantener la postura de dar de comer pescados subvencionados toda la vida, sin enseñar a saber pescar, conduce al comunismo.
Uno de lo grandes problemas del catolicismo: el perdón concedido por sacerdotes.
En el territorio protestante, esto no ocurre, y no hay tanto socialista inconsciente, que no vota socialista pero vive como el socialismo quiere (haciendo sector público cuanto más grande mejor). La universidad pública española está repleta de este perfil humano. Católicos suaves, moderados, obedientes, parece que no hacen daño pero contribuyen al mal por no enfrentarse a él. Si no se elimina lo que sobra, no se puede conseguir lo que falta, porque los impuestos paralizan la actividad privada.
Un buen gobernante piensa a largo plazo, necesita demasiadas virtudes y capacidades. Hay que tener las necesidades cubiertas, no estar envenenado por el poder, poseer generosidad, sabiduría, paciencia, humildad, inteligencia. ¿Cuántas personas conoce usted así?. Cuando estas personas lideran las organizaciones progresan de verdad, hacia adelante, no el falso progreso socialista, realmente retroceso, que culpa a otros de sus carencias, y engaña a sus víctimas, diciéndoles que le ayudará para que nadie se quede atrás, cuando casi todos lo están. Ya saben los cuentos de los escudos sociales, las políticas sociales, los subsidios, mínimos vitales, y el gasto de 100.000 millones anuales del presupuesto en subvenciones al año, la mitad en regalías para comprar votos.
La familia tradicional es la mejor institución humana inventada, optimiza los recursos, adiestra para la vida, protege y entrena. Lo primero que necesita una familia es un hogar compartido, una vivienda. España era hasta hace apenas 30 años un país de familias tradicionales. Éramos el país con mayor porcentaje de casas en propiedad, pero las cosas han cambiado, porque los jóvenes ya no pueden acceder a la vivienda en propiedad.
La salvaje ambición de poder socialista, dividiendo y enfrentando la población artificialmente entre victimas y verdugos, como empresarios versus trabajadores, varón versus mujer, empleo público versus privado, ha arruinado España en dos décadas.
No sólo los socialistas profesionales son responsables: rectores, sindicalistas, intelectuales a sueldo, cooperan día a día, en la ruina nacional, en lo contable y en lo espiritual.
La deuda pública (32.000€ per cápita) hipoteca a varias generaciones por exceso de gasto público superfluo, en servicios no esenciales. La combinación de sobre-cualificación, subvención, y economía que no absorbe titulados, frena el PIB que no se mueve en dos décadas, por disminución de la actividad privada. La emigración de españoles cualificados que no pueden vivir dignamente en su país, y la inmigración extranjera para realizar trabajos que los españoles (subvencionados) no quieren hacer, como sectores primario, cuidados, limpieza, manufacturero, y la economía de comprarlo todo barato de Asia, Marruecos, en lugar de producirlo aquí, es un sinsentido que no se puede sostener.
La búsqueda del enfrentamiento en lugar de la cooperación, solo para engañar a las víctimas, reales o inventadas, es la característica socialista. La desconfianza en el individuo y la iniciativa privada, la sustitución de la libertad por la imposición, la locura comunista de pretender que todo sea público, les ha conducido a destruir la familia tradicional. ¿Por qué? Porque una familia tradicional fuerte no necesita al Estado para proteger al individuo familiar, es infinitamente mejor que el Estado.
El enfrentamiento varón/mujer, las ideologías de género, la desigualdad legal que maltrata al varón, hasta el punto que huye del compromiso, y por tanto de buscar formar familia. Esto ya es mucho, pero añadan la pobreza material creciente y la espiritual absoluta. Esto es mucho más, pero añadan el paro descomunal, la natalidad descendente en picado en los últimos quince años, con una población envejecida.
Los jóvenes españoles se independizan más tarde que en cualquier país de la OCDE.
La actividad privada es inferior en horas de trabajo que hace dos décadas. Solo los empleados públicos y algún héroe varón aislado se atreve a formar familia.
Una familia tradicional media constaba hace 25 años de cuatro personas, hoy es de dos y dos mascotas. Las mascotas han sustituido a los niños. Las ideologías de género, las leyes asimétricas de discriminación positiva de la mujer, el fomento del aborto y las separaciones, han hecho disminuir mucho la familia tradicional, que se intenta formar menos, más tarde y se destruye más y más fácilmente. Este cambio social, de ingeniería social programada por el socialismo comunista de Zapatero y Sánchez, hace que las mismas personas necesitan el doble de viviendas que hace un cuarto de siglo. Añadan el aumento de población inmigrante, que necesita también vivienda. En los últimos 25 años la población de residentes españoles ha aumentado en 8 millones.
Hace 25 años, la vivienda media estaba ocupada por 4 personas, hoy por dos personas y dos mascotas. Esto hace que la misma población necesite el doble de viviendas. La inseguridad jurídica y el envejecimiento poblacional hacen que muchas viviendas estén vacías y millones estén habitadas por una sola persona mayor. El progreso socialista ha convertido en un lujo el vivir bajo techo. Claro, que para ellos y los tontos que los votan, los culpables son los fachas, el capitalismo y los machistas.
Los socialistas son responsables de casi todos los males, pero no de todos. Comparten con las ideologías alternativas, la falta de previsión, la mirada corta de los gobernantes mediocres. El turismo es nuestra principal actividad económica, una vez se han destruido la industria, las manufacturas y ahora la UE y la agenda 2030 quieren eliminar el sector primario. La falta de seguridad jurídica por la consentida ocupación ilegal de viviendas, por las leyes comunistas, hace que la segunda vivienda, la principal herramienta inversora española, se ofrezca menos en el mercado. Esto produce menos viviendas de alquiler y más caras en las grandes ciudades. Por si fuera poco, la gentrificación expulsa al ciudadano del centro de las ciudades por la subida del precio de la vivienda y la carencia de servicios no turísticos.
Leídas las contribuciones socialistas, habría que buscar los remedios, evidentemente por algún gobierno alternativo, que se sabe sólo sería posible con una coalición pre-electoral PP-VOX, que por este orden serían las siguientes:
- Promulgar ley de desahucio efectivo inmediato de ocupantes ilegales de viviendas e impagos que garantice la seguridad jurídica de los propietarios.
- Liberalizar y hacer urbanizable terrenos para construir viviendas de tamaño adaptado a 3 personas, reduciendo impuestos. Esta medida además dinamizaría la actividad económica.
- Regular el comercio de viviendas turísticas por particulares obligando a constituirse en pymes pagando impuestos como cualquier otra actividad económica. La situación actual es una actividad sumergida y dudosamente conveniente socialmente, a pesar de la libertad y la iniciativa personal.
- Medidas fiscales que capten interés de alquilar viviendas vacías a sus propietarios en grandes ciudades pueden implementarse, acotando precios a cambio de desgravación fiscal.
El asunto es grave y de de gran relevancia social, no solo por el problema humano a resolver, sino más aún, porque si no se hace desde una perspectiva que respete la libertad e iniciativa privada, la alternativa socialista-comunista llegará a situaciones inimaginables para muchos de sus votantes que son tenedores de segunda vivienda. El concepto de vivienda vacía, su posible expropiación parecen utopías pero ya las están pensando. Los tontos no ven las cosas venir hasta que les tocan el bolsillo más de la cuenta. ¿Quién imaginaba que se ocuparan ilegalmente viviendas en España? Pues hay más de cien mil vúctimas en España. A mi me ha tocado.