La apropiación universitaria de mitos y populismos socialistas

Estamos hartos de falacias comunistas

Estamos hartos de falacias comunistas: fomentar la igualdad de
oportunidades; acabar fiscalmente con los ricos y autónomos, explotadores
de trabajadores; el cambio climático recomienda el decrecimiento; el
hombre es machista por naturaleza, y el empresario es explotador. No
tendremos nada y seremos felices; la universidad es el ascensor social de
los pobres; eliminación de la espiritualidad porque va contra la ciencia; el
empleo privado es sospechoso. El cambio climático y la extrema derecha
son responsables de todos los males generales que amenazan la buena
democracia. La propaganda, y la desinformación, repiten las falacias
continuamente. Legiones de funcionarios, periodistas hacen y transmiten lo que
conviene al gobierno, en todas las instituciones públicas copadas por
obedientes a sueldo de un Gobierno corrupto y autoritario.
Septiembre nos acerca cada apertura de curso a representaciones del grado
de putrefacción política nacional. El hedor totalitario nunca había sido tan fuerte
desde 1978, como el que aspiramos con la apertura del año judicial, en el que
el Rey Felipe VI tenía cara de crucificado judicial, rodeado de dos con cara
de ladrones de la Justicia, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz,
citado a sentarse en el banquillo y el ministro de Justicia, Félix Bolaños, que
ataca a jueces y fiscales. Sánchez, en entrevista masaje en TVE , acusó a los
jueces de hacer política, actúa como rey absolutista y piensa que el poder
judicial, o la fiscalía general del Estado deben depender del Gobierno.
Para Sánchez, el fiscal general del Estado no debe ser ejemplar, tiene que
obedecerle, y le basta la presunción de inocencia para ostentar un cargo
institucional, ¿para eso le pagamos con nuestros impuestos sus privilegios que
nosotros no tenemos?
Si después fuese acusado culpable, tampoco pasa nada, pone a otro y en paz.
Esa es la democracia que tenemos.
El exceso de celo del Sr. García Ortiz, ha conducido a la Fiscalía General del
Estado al hazmerreír internacional, al ser sentado en el banquillo de revelación
de secretos de la pareja de adversario político. El socialismo totalitario de
Sánchez no es socialdemócrata, porque en España no se respeta la
propiedad privada; la independencia de poderes; la igualdad ante la ley de
varones y mujeres; la ejemplaridad de gobernantes y altos cargos
institucionales. En los países escandinavos piensan que África empieza en
los pirineos.
En “Camino de servidumbre”, F. Hayek nos advirtió que hay socialistas en
todos los partidos, y en la universidad española rebosan socialistas
inconscientes que votan como forofos al PP. Socialdemócratas son Cristóbal
Montoro, Mariano Rajoy, Alberto Feijóo, Alfonso Rueda (autor de la populista
medida de regalar la primera matrícula universitaria el curso 24-25) y
Moreno Bonilla (partidario de arrancar olivos para poner paneles solares).
Zapatero, Sánchez nunca han tenido nada de socialdemócratas. Zapatero se
acaba de comprar en las Rozas un chalé de 2 millones de euros. Los hijos de
Montero e Iglesias van a colegios privados en Las Rozas. Se confirma la

envidia a los ricos de los comunistas. El discurso de “defender a los pobres”,
enriquece aconsejando a dictaduras como China o Venezuela.
Consecuencia de gobiernos antipatriotas.
Los socialdemócratas están hoy en el PP, no en el PSOE. Los que votan a este
PSOE son comunistas. Rajoy expulsó a los liberales porque Espera Aguirre le
movió la silla, y de ahí nació VOX. El socialismo totalitario de este PSOE
orwelliano, y socialdemócrata de este PP a la gallega, que engañan a las
familias con la falacia de “la igualdad de oportunidades”. “La universidad
pública como ascensor social”, tergiversa el humanitarismo cristiano, en lugar
de reducir la pobreza lo que hace es que haya cuantos más pobres mejor, para
que dependan de la subvención, mínimos vitales, bonos de todo tipo,
universidad regalada, como si fuera un bien esencial. Tan poco esencial es,
que cada día 1.100 titulados tienen que emigrar, porque ni hay empleos dignos,
ni ingresos suficientes para independizarse, y no digamos vivienda accesible.
Los rectores de las universidades públicas, reunidos en la CRUE, y presididos
por la Sra. Eva Alcón “hacen política sin riesgo”, con red, como los malos
equilibristas. Derrochadore pedigüeños. Difunden las opiniones que interesan
al gobierno, y nada mejor que atacar a VOX. Contentan al amo a cambio de
recursos como los fondos Next Generation que eran para recuperar empresas
obligadas a cerrar en pandemia. Saben que Sánchez gasta bien y paga
mejor, con nuestros impuestos; cada día nos endeuda 195 millones.
La universidad no es un bien esencial, por tanto, los españoles que no la usan
no tienen por qué financiar el derroche de gasto que supone. La Sra. Alcón, en
una entrevista en el País, el día 6 de septiembre, dice que los universitarios van
a la universidad cumplir sus sueños, que se está perdiendo el ascensor
social porque reciben poco dinero, que con becas de 3000€, además del
descuento del 80% en la matricula no es bastante. Al Sr. Rueda, le copia este
curso el Sr. Page ofreciendo primera matrícula universitaria gratuita en
Castilla la Mancha. Ya verán como muy pronto, todas las autonomías salvo
Madrid ofrecerán primera matrícula gratuita. Nada tan contagioso como el
populismo político.
El “sueño” de la universidad pública se disuelve en la realidad porque 400.000
universitarios españoles emigran cada año, ¿para qué queremos tantas
dobles titulaciones además de las ordinarias?, para seguir derrochando más de
4xx6x1=24×1€, es decir, 24.000 millones anuales, que es lo que cuesta formar
a los titulados que emigran cada año para ganarse la vida. Resulta que
españoles que no envían a sus hijos a la universidad, o no los tienen, han
de pagar con sus impuestos este derroche, del que se aprovechan incluso, los
que sí podrían pagar lo que cuesta. Los hijos de los ricos solo necesitan el
título, porque sus relaciones sociales emplearán a sus hijos titulados. Los
titulados sin relaciones sociales tendrán que emigrar para emplearse. Esas
son las oportunidades que brinda la universidad pública española.
¿Por qué se descuenta la formación universitaria un 80% y no un 50%, o un
30%? El socialismo no sabe calcular precios, ni les importa, lo que quieren es
engañar a las familias, que creen hacer un bien enviando todos a sus

hijos a la universidad, cuando ya hay tanta sobre titulación. Desestiman
los oficios, el emprendimiento. Faltan empleados de construcción,
profesionales del transporte, de restauración, todo tipo de manufactureros, pero
no se cubren. Los oficios se pierden a gran velocidad, porque todos van a la
regalada universidad.
Tanta subvención desincentiva el trabajo, el título universitario no emplea. La
universidad es un ascensor social para los que trabajan en ella. Hace 25
años había un 5% de catedráticos, hoy hay más de un 25%, en algunas
facultades un 40%. Los ingresos medios de los empleados públicos, según la
Agencia Tributaria son un 30% superior a los privados. Los que ascienden
socialmente en la España actual son los empleados públicos, el aparato
de la dictablanda socialista. La clase media que heredamos de Franco ha
desaparecido con Sánchez.
¿Libertad socialista, igualdad de oportunidades? Hoy, rectores y decanos
persiguen e intentan sancionar y silenciar en la universidad a quién no
obedece. El voto y la propaganda han sustituido a la excelencia y la
verdad, Maquiavelo y Goebbels, han sustituido a Aristóteles y Santo Tomás.
Consecuencia del progresismo comunista y del PP socialdemócrata a la
gallega.
Los mitos de “la igualdad de oportunidades”, “la universidad como ascensor
social” son falsos, el exceso de empleados públicos (hay más que autónomos),
obliga a poner tantos impuestos y cotizaciones sociales que asfixia a la
actividad privada (Sánchez ha subido un 55% las cotizaciones
empresariales desde que está en la Moncloa). Este año, desparecerán
80.000 autónomos, que están haciendo concursos de acreedores. Con más
que toda la UE, se camuflan 750.000 parados con el concepto de fijo
discontinuo. Se engaña con los empleados porque muchos inmigrantes tienen
2 empleos, los cuentan como dos empleados distintos. Se trabajan menos
horas privadas que hace dos décadas, por eso desde entonces la renta per
cápita está congelada (descontada la inflación).
El modelo económico basado en la importación de China y Marruecos ha
destruido el tejido industrial, manufacturero, el sector primario. La ideología de
género, la bajísima natalidad, la proliferación de abortos y separaciones hace
que la ocupación media de las viviendas sea de 2 cuando hace 25 años
era de 4. El aumento de la inmigración aumenta el déficit de viviendas
asequibles y baja salarios. El mito de la vivienda como quinta pata del estado
del bienestar es otra falacia. La vivienda tiene que liberalizarse, garantizar la
seguridad jurídica de la propiedad. Los españoles de generación BB
consideraron que una segunda vivienda era una especie de plan de pensiones
para su jubilación, porque impuestos razonables permitieron adquirirla
ahorrando. La presión fiscal actual se lleva la mitad de los ingresos de cada
español, contando IRPF, IVA, impuestos especiales. Los servicios públicos
están saturados, el mantenimiento de carreteras, ferrocarriles,
aeropuertos empeorando, las listas de espera quirúrgicas propias de
países africanos, a los que financiamos sus conciudadanos y saturan los
servicios públicos españoles. No hay ninguna decisión inteligente sin gasto

que haya tomado un rector de universidad pública española en los últimos
quince años. Solo saben derrochar gasto en titulaciones dobles absurdas,
multitud de vicerrectorados, áreas, subáreas, propaganda interminable,
ninguna acción para aliviar el problema de vivienda aprovechando
espacios excedentes del campus, criterios de evaluación docente basados en
absurdas encuestas, y de investigación todavía más absurdos basados en
cantidades y el negocio del ranquin.
La presidenta de la CRUE, la señora Alcón habla del ascensor social de la
universidad. Eso pasó, el exceso de titulados es tal que el titulo no se
reconoce ni paga, por sobreabundante. Para mantener tanto empleado
público y cargo político, los impuestos y cotizaciones sociales no dejan subsistir
al autónomo y a las pymes. La población entera trabaja o paga más de medio
año de ingresos para el Estado.
Vivimos en un país con exceso de gasto público, sobran un millón de
empleados públicos superfluos, porque si cada día se piden 1,5 millones de
bajas laborales, casi todas en el sector público, eso es la prueba del algodón.
La señora Alcón habla del ascensor social de la universidad, eso hace años
que ya no ocurre, porque no hay actividad económica privada suficiente, se
importa demasiado de China, Marruecos, que podríamos producir aquí. Se
trabajan menos horas privadas que hace dos décadas, hay menos autónomos
que empleados públicos, la renta per cápita española congelada hace dos
décadas. ¿Cómo se van a independizar ni los titulados universitarios, si
en las ciudades donde hay empleos no pueden ni alquilar vivienda? Los
pocos que pueden, con ayudas familiares, cada vez más frecuentes.
¿De qué sirve que el 80% de la investigación se haga en las universidades
públicas? ¿Qué innovación se hace? Se producen montañas de conocimiento
fungible, que no interesa nadie para pagar un euro por ella. Son productos
estimulados por absurdo ranquin que solo sirve de ascensor social a los
propios investigadores, en evaluaciones telemáticas que ni garantizan la
autoría real de los artículos que firman.
La innovación es investigación comercializable, y esa no se hace ni se tiene
que hacer en la universidad pública, sino en la empresa privada. La
investigación universitaria solo va dirigida a la promoción del
profesorado, y a la vanidad de unos cuantos neuróticos estafadores que
firman decenas de artículos cada año, para presumir. ¿Qué innovación, qué
novedad puede aportar la investigación que se firma cada semana? La
única innovación posible sucede en la empresa privada, porque es la única que
asume riesgos. En los países con innovación, los investigadores salen de la
universidad y fundan empresas. En España se quedan en la universidad, se
hacen catedráticos como quien produce churros, con buen sueldo seguro, y
extras al bolsillo. La universidad es ascensor social de los que trabajan
dentro de ella, no de los incautos que creen que con un título superabundante
encontrarán un trabajo digno en España.

1 comentarios en «La apropiación universitaria de mitos y populismos socialistas»

  1. A l’institució de l’Universitat Espanyola, i pot ser que a tota l’Universitat Occidental, li ha passat lo mateix que a l’institució de l’Iglésia Catòlica, ha perdut la consciència dels seus objectius (respectivament intelectualitat i valors cristians) per a convertir-se en institucions al servici dels buròcrates que les poblen i gestionen.

    Avant Lucas,

    Joan Carles Micó

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