El fomento de la igualdad conduce al comunismo.
El comunismo moderno no es cuestión de ser o no ser, sino que es
cuestión de grados, y se mide por la desproporción entre el sector privado y
el sector público , medido en términos de PIB. El coeficiente de comunismo
de una comunidad política se puede definir como = . Cuanto mayor es este
coeficiente, más comunista es la comunidad política. La familia tradicional,
la universidad pública, son comunidades con coeficiente comunista muy
elevado. Cuanta menos libertad económica hay, mayor es el coeficiente de
comunismo. En España ha aumentado el coeficiente comunista desde 1975,
porque los empleados públicos han crecido un 500% mientras la
población solo lo hizo un 34%, además, los ingresos públicos son mayores
que los privados, característica comunista. Hoy España tiene más empleados
públicos que autónomos, sin contar legiones de contratados por ONG que
no se declaran.
En cuanto se pasa un umbral del valor del coeficiente , los impuestos y
cotizaciones sociales son tan elevados que destruyen actividad privada, y el
coeficiente de comunismo no para de crecer, eso ya ocurre en España. Si no
se frena muy pronto, iremos a otra guerra civil. ¿Cuál es el umbral?
Depende del país, de su deuda, cultura. Cuanto más bajo sea el coeficiente de
comunismo mejor, todo lo que supere el 0,7 es peligroso, y >1. Lo que se llama
“gasto social”, que es “compra de votos”, subvenciones a parados que no
aceptan empleos, mínimos vitales, bonos de transporte, culturales, todas esas
subvenciones, así como el millón y medio de bajas laborales diarias
(absentismo laboral) o la natalidad negativa son indicadores de un Estado
comunista.
Se destruyen pymes privadas porque los impuestos no les dejan vivir. La
proyección anual en el 2025 es de 80.000 pymes destruidas. El empleo público
a pesar de la digitalización y baja natalidad no decrece. Es importante notar
que cuando el sector público crece, el privado decrece. El PIB no crece más
que la inflación real, que con los continuos cambios del INE en la
composición de productos que influyen en el IPC (para eso cambiaron al
director del INE), la inflación real es mayor que la oficial. Así engañan al
votante y se ahorran millones en la revalorización de pensiones.
Paralelamente los impuestos crecen con el aumento del sector público, y la
deuda también. Además, presumen de que las revalorizan más que lo que
hacía el PP.
El camino hacia el comunismo se recorre a más velocidad en el vehículo de la
igualdad, que lo conducen los grandes sindicatos y los partidos
comunistas. En España, los sindicatos UGT y CC.OO. financiados por los
gobiernos, trabajan cada día por el comunismo, son como ministerios en la
sombra subvencionados con nuestros impuestos.
El socialismo habla recientemente de la desigualdad porque el
capitalismo ha demostrado que disminuye la pobreza. Lo que importa es
que haya menos pobres, no que haya menos ricos. La desigualdad siempre
existe y existirá donde haya libertad. Los grandes igualadores son las guerras,
pandemias. Hay desigualdades que no son igualables, ni siquiera
medibles. La belleza, u otras capacidades psíquicas. Los pobres de Suiza son
más ricos que muchos ricos de España. Hay rentas de opción, que no son
igualables, como el lugar donde vives. ¿Quién defiende la igualdad?
Profesores, académicos, y que valoran éstos, lo que ellos tienen, las llamadas
capacidades intelectuales, que son realmente de memoria.
Una de las mayores aberraciones científicas que más daño causa es la
utilización de los métodos de las ciencias de la naturaleza en las ciencias
sociales, manejar las personas como seres inanimados, las aberraciones
causarían risa, pero por ahí andan manejando revistas científicas, los
defensores de estas absurdas ideas. La utilización de métodos cuantitativos, el
ranquin, para medir rendimientos de organizaciones son utilizados por las
universidades públicas, a pesar de la Ley de Donald T. Campbell, enunciada
en 1976 advirtió de la inconveniencia de usar cantidades para evaluar personas
u organizaciones.
La guerra, por ejemplo, no la gana quien más víctimas causa al
adversario. La guerra se gana cuando el adversario deja de combatir porque
no confía en la victoria. Un partido de futbol no lo gana quien más dispara a gol.
Hoy se premia a investigadores estafadores que firman decenas de artículos
de investigación anualmente, cuando deberían ser sancionados por
estafadores y farsantes. Repitiendo ideas camufladas, firmando lo que no
hacen. Sin embargo, los rectores siguen embriagados por el ranquin
tóxico. ¿Por qué? Porque evaluando al investigador por cantidades estimulas
la cantidad, que va en dirección contraria a la cantidad. Si arriesgas, lo esencial
de la innovación, puede no salirte nada.
Para asegurar cantidad no arriesgas, y la investigación sin riesgo no puede
innovar nada. Las cantidades y el ranquin, solo sirve para mal-evaluar al
investigador y organizaciones. Ese vicio produce beneficiados, favorece la
promoción del profesorado, hasta el punto de que hay tantos catedráticos, que
en algunas facultades es la categoría más frecuente. ¿Es mejor un ejército
con más generales que soldados? Los socialistas con la auto atribuida
arrogante e injustificada superioridad moral que les caracteriza, se apropian de
mensajes cristianos tergiversados, nos imponen falsos dogmas como
verdades. Los medios de comunicación públicos y privados subvencionados,
universidades públicas, y todas las instituciones ocupadas reproducen la
falacia, replicando incluso, departamentos de igualdad, y gastando presupuesto
de nuestros excesivos impuestos. La repetición del falso dogma mil veces lo
convertirá en verdadero (Goebbels dixit).
¿Cómo se genera el falso dogma socialista y para qué? Aquí entra en juego
la invención de la mentira. Maquiavelo sustituye a Santo Tomás de Aquino, o la
verdad cristiana por la mentira maquiavélica. Se divide y enfrenta artificialmente
a la población en dos mitades, con un inventado principio de suma cero, de
verdugos y víctimas (ricos y pobres; empresarios y trabajadores; hombres y
mujeres; heterosexuales y homosexuales; demócratas y extremistas
(fascistas); etc. Se erigen en defensores de las víctimas, cuyo voto es lo que
buscan en primer lugar. Después financian legiones de cooperantes activos
(fundaciones, ONG) cuyo principal gasto es de personal (no fiscalizado porque
es sector terciario) a activistas ideológicos, leales por la ideología y el dinero.
Añadan los cooperantes académicos infectados en la CRUE y extendidas a
todo el país.
¿Cómo se convencen las universidades? Con dinero, ya sea presupuestado,
o no, como en los Fondos Next Generation, en lugar de destinarse a
financiar a empresas privadas obligadas a cerrar en pandemia.
¿De dónde sale el dinero no presupuestado? De comisiones de contratos
públicos, que multiplican su coste. La diferencia entre coste oficial y real, se la
reparten entre unos y otros, a convenir. Se estima el PIB opaco español del
22% aproximadamente, más de un euro de cada cinco que circulan es
corrupto. Entre los cien mil millones de subvenciones públicas, con
fiscalización nula, los contratos públicos todavía menos, comprenden la
corrupción política. Añadan la economía sumergida privada, que es mucho
menor. En total, unos 350.000 millones de dólares anuales. ¿A dónde van?
Las mentiras flagrantes no se contestan, los datos oficiales son falsos. Dicen
los portavoces del gobierno que crecemos más del doble que la media UE,
pero es crecimiento del gasto y deuda. La inversión extranjera ha decrecido
un 80% respecto al año pasado hasta agosto. El déficit comercial crece un 53%
hasta Julio. En el informe 2025: Brecha generacional: cómo el sistema de
pensiones y el modelo fiscal penalizan a los jóvenes españoles, del
Instituto Juan de Mariana. En este informa que desde 2007, la tasa de
emancipación juvenil ha caído al 15%, y tres de cada cuatro jóvenes con
empleo siguen atrapados en casa de sus padres.
La desigualdad de riqueza entre la generación BB y las siguientes
generaciones, no es por el neoliberalismo, como dice el País del día 14 de
septiembre, en el artículo “La desigualdad: ¿Brecha generacional o de clase?
Al contrario, es por el socialismo, el aumento de empleados públicos, y la
agenda globalista 2030, incluida la inmigración ilegal que obliga a tan
altos impuestos, baja salarios, aumenta gasto social, satura servicios
públicos y destruye empleo privado. “En España los jóvenes no pueden vivir
sin ayuda de los padres”. La agenda globalista importa todo de China y
Marruecos, los españoles trabajan poco, dos millones cobran mínimo vital y
no quieren trabajar. Los que trabajan con salarios disminuidos por tanta
inmigración, no pueden pagar vivienda. Los impuestos altos de los que
traban se llevan los ingresos de medio año de los españoles que trabajan.
Así, nadie puede ahorrar. La inseguridad jurídica reduce la inversión extranjera.
¡Para qué, la igualdad!
La igualdad es un concepto matemático y es un error utilizarlo para la
política y la economía. La igualdad en si mismo no tiene valor intrínseco.
Igualdad, para qué, de qué, por qué, entre quién. Sin embargo, la deseable
igualdad ante la ley la quiebran con discriminaciones positivas para
enfrentar a los españoles.
Se utiliza la igualdad para ponerle más impuestos a unos que a otros,
pero se favorece a los estudiantes que tienen notas más altas, a las
mujeres, a los inmigrantes, o a los catalanes y vascos. No se valora la
capacidad comercial. Gente que nunca ha pagado una nómina nos saquea
cada año, a todos los españoles lo que ganamos durante medio año. Se
creen las mentiras de un autoritario que siempre ha vivido del partido, y nos
endeuda 195 millones diarios, donando a Hamás, a la fundación Gates, lo
que niega a las víctimas de la riada valenciana, por ejemplo, para
construirse una imagen internacional.
Del dogma de la igualdad, cuelgan otras falacias como la justicia social, los
derechos sociales, la igualdad de oportunidades, falacias que llevan a los
países al socialismo la pobreza y la ruina. Nacer en un sitio u otro, tener mejor
salud, o mas capacidad intelectual, o más guapo, fuerte, eso no es ni justo ni
injusto. La inteligencia, la belleza, la salud, el carácter son heredados, no los
merecemos, ni es justo ni injusto, son así de nacimiento. No existe la
justicia social, es una falacia para alcanzar el poder y aprovecharse de él. Se
redistribuye lo que les conviene a los estatistas, la renta, el dinero. Pero
por otra parte se potencia la desigualdad de la llamada inteligencia (confundida
con la memoria).
¿Por qué se beneficia al que tiene más capacidad intelectual, y se castiga
a quien tiene más renta? Quieren un mundo ordenado por los intelectuales,
en su mundo gobernarían los planificadores que es lo que son ellos.
Defienden la igualdad de rentas, pero fomentan la desigualdad de
inteligencias abstractas. Tienen la ventaja de imponer los contenidos
educativos, de las televisiones, por eso triunfan las ideas igualitarias. No
puede haber igualdad de oportunidades, nadie tiene culpa de desigualdades.
Más aún la desigualdad estimula el esfuerzo de los que están peor. Quien
huye de la desigualdad elimina la prosperidad.
Las oportunidades son para algo, y según donde nazcas se pueden aprovechar
o no. No es ni justo ni injusto. No se puede igualar, salvo lo que le interesa al
planificador. Las contradicciones de los defensores de la igualdad son
brutales, pero les da igual. Así, por ejemplo, los privilegios presupuestarios,
de inversiones, a las comunidades vasca y catalana, porque apoyan al
gobierno, producen una desigualdad flagrante entre ciudadanos de las
distintas comunidades autónomas. Todas las leyes y normas de
discriminaciones positivas a favor de la mujer o al inmigrante, son un insulto
a la inteligencia y a la ley, que debe ser igual para todos y no lo son.