Parece que los mismos dirigentes pretendiesen acabar con la UE.
El comunismo florece en la sociedad próspera y comercial, para salvar a los pobres. Un comunista inconsciente es quién practica el comunismo sin darse cuenta. T. Malthus (1766-1834) creyó que no habría alimentos suficientes por el crecimiento poblacional. Como argumentaría un economista de la escuela austriaca, sus errores radican en que no tenía en cuenta la acción humana, y que sus hipótesis no se iban a cumplir siempre. Comunistas inconscientes dirigen hoy la UE, contaminados con la agenda 2030, el cambio climático, resucitando a Malthus: no habrá alimentos para todos, hay que detener el crecimiento desmedido, reducir la población, … La ley de Restauración de la Naturaleza, aprobada en la UE, no solo pretende reducir el territorio agrícola europeo un 40%, aumentar la distancia entre arboles, prohibir el uso de herbicidas a nuestros agricultores (mientras importamos productos de países que incumplen tales normas). Parece que quieren acabar con la agricultura y ganadería de la UE. Las ideas comunistas de suma cero: para que haya alimentos para todos hay que reducir el consumo y la población, producen menos soberanía, más inflación (por la escasez de productos), más paro y pobreza . Para pagar las pensiones públicas de poblaciones europeas envejecidas, en lugar de incentivar el ahorro privado, en España nos imponen más cotizaciones sociales (impuesto al trabajo). No tendremos nada y seremos felices: sin consumir carne, no pisar los bosques, no tener propiedad ni dinero físico. En lugar de resucitar a Malthus y agendas comunistas, lo que se necesita la UE es resucitar a Adam Smith (1723-1790) y el libre mercado capitalista. ¿Cómo? Impulsando los incentivos para que los agentes económicos, los individuos y los empresarios tomen sus decisiones, no los burócratas de la UE. La política agrícola, energética, seguridad, de innovación, de inmigración, son tan torpes que parece desean acabar con la UE. La eficiencia del mercado permite consumir menos materias primas para producir más alimentos. Desgravando los impuestos al ahorro se protegen las pensiones. Permitiendo trabajar los bosques, los mismos vecinos lo cuidarían, mientras que mantenerlos vetados, como si fueran jardines multiplican el riesgo de incendios. Produciendo asimetría legal contra el varón, se aumenta el riesgo de crímenes machistas, porque el varón enfermo emocionalmente y maleducado, acorralado, comete más crímenes. La discriminación positiva femenina añade una injusticia real a otra injusticia supuesta, con el agravante de que las circunstancias de espacio, tiempo y personas a las que se aplican ambas injusticias son distintas. Es puro disparate, por eso los crímenes machistas aumentan. Se trata de un problema de educación sentimental: el amor puede terminar; nadie es propiedad de otra persona. El feminismo artificial busca enfrentarnos afirmando que todo hombre encierra un machista potencial. Las políticas comunistas de suma cero, de restringir la iniciativa privada producen miseria y hambre. El exceso de sector público genera deuda, impuestos y corrupción. La prosperidad procede del libre mercado, del fomento de la iniciativa privada, de un sector público eficiente y pequeño. Si Heráclito de Éfeso (535-470 ac) escuchara a los defensores del cambio climático, les diría: os advertí hace 2500 años de que todo cambia continuamente, que nadie se baña dos veces en el mismo rio. ¡Cómo no va a cambiar el clima!. Los que nos meten miedo buscan privarnos de libertad y ponernos todo tipo de impuestos ecológicos: al plástico, no entrar en las ciudades con automóviles, no entrar en los bosques, pagar autovías. La agenda comunista pretende controlar a la población (más aún con las nuevas tecnologías), limitando el acceso a las ciudades, imponiéndonos que comer, que pensar, eliminando la libertad individual. Nos prohíben y nos coaccionan. ¿Y la armonía jurídica de la UE? Mientras sancionan a Hungría (que conoce el comunismo y huye de él) porque no acepta algunos criterios de la UE, en España no se respeta la separación de poderes, ni la igualdad ante la ley, ni la propiedad privada; se indultan criminales afines al Gobierno, y con nuestros impuestos pagamos a las comunidades separatistas que quieren destruir España. Nos inundan de propaganda de igualdad, y en las comunidades separatistas los privilegios de financiación no cesan. ¿A donde va la UE?.