Cómo desapareció el PSOE en Femeninlandia 

Los enemigos de España no pueden estar en el Gobierno.

En el país de Femeninlandia, sus sumisos habitantes hacen lo que los demás, sin criterio propio, temen la responsabilidad y por eso votan mal. El nivel educativo bajó tanto que la estupidez era generalizada. El adoctrinamiento extendió el espíritu gregario, se valoraba más la seguridad que la libertad, nadie arriesgaba, la mayoría quiere ser obediente empleado público. El narcisismo se propagaba en los gimnasios. Se cultiva el cuerpo más que el espíritu, la apariencia más que la realidad, el entretenimiento más que la cultura, las pantallas más que los libros. 

El partido de la Sexualidad y Obesidad Equilibradas (PSOE) accedió al poder, aliándose con el partido feminista (PF) cuyo símbolo era una hoz y un narciso, proponía trabajar cuatro días por semana. El principal partido de la oposición era el de la Propiedad Privada (PP).

La coalición de gobierno PSOE/PF, postulaba que los machos, por fornicar eran agresivos y posesivos, el principal mal del país.  Lo individual es malo, lo común es bueno. Su progresismo era controlar a los machos, la obesidad poblacional y redistribuir la riqueza sexual y económica, restringiéndolas. La belleza es fuente de discriminación estética y privilegio sexual, hay que regularla con impuestos y estimular el culto al cuerpo para todos fomentando el gimnasio.  

La belleza es un canon objetivo vinculado a la altura y el peso, nada de subjetivismos.

Quién no es guapo, es feo. Un guapo oficial es varón de más de 1,80 metros de altura y peso no mayor de 5 kilos superior a los centímetros que sobrepasa el metro de altura. Las guapas oficiales medirían más de 1,68 metros de altura, de peso no superior a 8 kilos menos que los centímetros que pasan del metro de altura, y busto superior a 75 cm.

Cada año, los ciudadanos mayores de edad pasan evaluación sanitaria pública, son pesados y medidos con certificado de validez anual. 

Los guapos varones pagan un impuesto de privilegio estético. Los jubilados están exentos, y las guapas condicionalmente también (si servían al país siendo parejas de las élites) por el bien del pueblo, para no generar envidias entre ciudadanos.  Homosexuales de ambos sexos, tampoco pagaban impuesto, porque no son sexualmente agresivos contra la mujer, con falo.

La fiscalidad redistributiva del Gobierno suministra subvención a feos y feas, para ir a gimnasios, en principio. El cambio de sexo era libre y gratuito, así que si por motivos fiscales, un guapo heterosexual no quería pagar impuesto, podía cambiar de sexo o engordar, fallaría el busto para ser guapa, pero recibiría máxima subvención de fea. Los homosexuales, feos y feas aumentaban para recibir subvención. 

El PP propone eliminar este impuesto y el de sucesiones. La actividad privada era insana para el Gobierno porque busca el beneficio egoísta (según ellos) genera desigualdad robando a los clientes.   

La coalición gobernante quiere eliminar la incertidumbre del crecimiento poblacional; la actividad procreativa era inconveniente porque habría que repartir lo mismo entre más y tocaríamos a menos. Crecer era indeseable, y los machos causantes había que controlarlos. En caso de disputa entre parejas oficiales, la mujer tiene la razón. El aborto y cambio de sexo es libre y gratuito.

A partir de los 45 años ya no se percibía la subvención estética, pero si quedaban guapos pagaban impuesto. El IRPF lo pagaban todos, pero la subvención estética estaba exenta para feos, feas y homosexuales. 

Los trabajos que nadie quiere, lo hacían funcionarios varones, para que se cansaran y no tuviesen ganas de fornicar; siempre dispuestos a ser llamados para cualquier emergencia. 

La carne animal y pescado no se debía consumir porque estimulan el apetito sexual, pagando multa quien consumiese sin receta médica. Había tráfico de certificados médicos. Los sanitarios recibían normas para contener el apetito sexual masculino. En el colegio se enseñaban técnicas de masturbación. La religión y toda idea liberal estaba prohibida. 

Los gobernantes no querían que hubiese familias tradicionales porque así menos gente tendría protección familiar y dependerían más del Estado. 

El matrimonio duraba poco y en caso de disputa la mujer oficial salía beneficiada. El varón decidió que no valía la pena tan inestable y asimétrico contrato, porque con el tiempo la mujer se cansaba del marido y lo abandonaba. 

Los heterosexuales guapos; ricos; empleados privados, aportantes netos disminuían ; los funcionarios, pensionistas, feos y feas, y homosexuales, receptores netos aumentaban. La viabilidad económica se complicaba, la deuda aumentaba, habiéndose cuadriplicado en dos décadas. 

El numeroso y derrochador Gobierno atraía votos con subvenciones, e imponía impuestos a los que no le votaban. Siempre había homosexuales y mujeres ministras.

El PP se contenta con la buena vida de existir. Cuando se cansaran del Gobierno por la complicación económica, pasarían a maquillar el desbarajuste económico sin cambiar leyes ideológicas. 

Los gobernantes politizaron la educación, adoctrinan con contenidos para que los alumnos amen lo público y rechacen lo privado. El Gobierno mentía cambiando el nombre de las cosas; les votan subvencionados (feos y pobres) y empleados públicos . La realidad había que descifrarla, los intelectuales y los grandes medios de comunicación dicen solo lo conveniente al Gobierno.

Aunque el destino pensado de las subvenciones para feos y feas era el gasto en gimnasios, cuidando el peso, normalmente la subvención de feo se gastaba en sexo y diversión. Los tacaños y vagos la guardaban y la satisfacción amorosa gratuita era asequible por abundantes separadas. Varios feos reunidos podían vivir sin trabajar. 

Por el consumo de jóvenes, feos, mayores solteros y separados, la prostitución florecía, pero en negro. Las relaciones clandestinas eran abundantísimas.    

La agricultura y la ganadería menguan intensamente, el ecologismo animalista recomendaba “no comer” animales y reducir la producción agrícola. Sólo los ricos y  élites podían comer carne y pescado. La mayoría de la actividad privada tenía ingresos precarios, los autónomos pagaban impuestos de vértigo, la única carne accesible si no eras rico, estaba en la imaginación. 

Los ricos estaban mal vistos, pagaban muchos impuestos. La tradicional política matrimonial fallaba. Las familias ricas con hijos varones lo tenían mal, porque aunque se casaran con una mujer de familia rica, cuando ella quisiese divorciarse desplumaría al varón con el consiguiente detrimento patrimonial. Así que los varones de familias ricas tampoco se casaban. 

Los elevados impuestos aumentaban la precariedad y reducían capacidad adquisitiva,  los  empleados privados disminuían y casi todos cobraban del Estado, sueldo, pensión o subvención. La propiedad privada era insegura por la okupación. Los jóvenes que no vivían eternamente con sus padres, si se independizaban, compartían pisos y estaban acostumbrados al sex à porter, sin compromisos.

Oportunidades para encuentros eventuales no faltaban por la multitud de separadas que se “enamoraban transitoriamente” de tanto joven cultivado en gimnasios.

Los varones ya no se casaban, los niños disminuían. La prostitución florecía, las feas aumentaban, las naturales y las que se habían convertido a feas oficiales al cambiarse de sexo para cobrar subvención.

Las ricas se quedaban solteras, porque los ricos ya no se casaban. La prostitución masculina aumentó, los homosexuales ricos también  consumían servicios de guapos. A pesar de ser un país de tamaño mediano, era el segundo consumidor mundial de prostitución, después de Japón.

Con el tiempo la población envejeció tanto, por falta de niños, que la mayoría de  gente joven se había convertido en feas oficiales y homosexuales para recibir subvenciones. Los guapos oficiales desaparecían para no pagar impuesto, cambiando de sexo.  Las pensiones y sueldos públicos bajaron súbitamente un 30%, muchas subvenciones desaparecieron, porque el Gobierno arruinó al país y los intereses de la deuda crecían mucho por la alta y sostenida inflación. 

Inventaron nuevos impuestos, al plástico, uso de carreteras, embutidos, frutas exóticas, tenencia de mascotas…, y los tradicionales IRPF, IVA, IBI,… subieron.

Hubo una manifestación multitudinaria contra el Gobierno reclamando elecciones: gordos y flacos, feos y guapos, homo y heterosexuales, jóvenes y jubilados, funcionarios, ricos y pobres, todos descontentos. Los ingresos bajos e impuestos altos no permitían vivir. 

Reclamaron libertad para pesar y medir lo que les diera la gana, comer como los turistas, fornicar con quien quisieran, pagar menos impuestos, respeto a las propiedades privadas de vivos y muertos (impuestos de transmisiones). Los guapos no querían pagar impuesto estético; las guapas tampoco aunque su pareja no fuese alto funcionario. 

Las mujeres deportistas se quejaban porque los transexuales se llevaban todas las medallas en competiciones y entraban en sus vestuarios; las ricas se quejaban de no encontrar pareja. Los pensionistas no querían pagar IRPF porque ya no trabajaban, habiendo pagado antes y la pensión era insuficiente para vivir.

El todopoderoso PSOE tuvo tan pocos votos en las forzadas elecciones, que no podía pagar las deudas y empleados de sedes. Se convirtió en partido testimonial, como  ocurrió en Francia e Italia.

Bastante antes del desastre todos los que votaron a la coalición de gobierno podían prever lo que iba a pasar, un gobierno mentiroso no puede llevar a un final diferente al aquí imaginado.  ¿Por qué mienten si la situación fuese admisible?  

En otros países parecidos sólo falta ponerle fecha, sustituyan los subvencionados, los partidos, y el motivo de los impuestos y subvenciones. 

¿Estaría dispuesto a pagar en su comunidad de vecinos, un portero por cada 14 viviendas?

Eso ocurre en España hoy (un empleado público por cada 14 ciudadanos). En los últimos 5 años en España hay 304.354 alumnos menos de 3 a 12 años, porque llevamos 15 años seguidos con 14.500 (de promedio) niños nacidos menos que el año anterior.  Tenemos circunstancias peores que las descritas: el 23% del PIB sumergido; malversación y sedición consentidas; Fiscalía y Altos tribunales dependientes del Gobierno ; separatismo consolidado en el 20, 85% del territorio (Cataluña y Vascongadas), emergente en el 7,64% (Comunidades valenciana, balear y navarra). añadan el polvorín de Canarias, Ceuta y Melilla, y enemigos de España dentro del propio Gobierno.

Los votantes son responsables cuando se creen las mentiras, y deben conocer lo que les puede pasar: Quién gasta más de lo que ingresa acaba arruinado, aquí y en Femeninlandia.

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